Las alertas de que el cese bilateral al fuego con la guerrilla del ELN en Colombia podría venirse abajo por la violencia en un caldo de cultivo del delito pueden ser exageraciones, pero no cabe duda de que las negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y el principal grupo guerrillero siguen siendo frágiles.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) cree que el cese bilateral al fuego pactado en septiembre con el gobierno se encuentra en "grave peligro", según un comunicado divulgado el 7 de noviembre por el grupo.
Pablo Beltrán, jefe del equipo negociador del ELN, declaró que se ha guardado el cese al fuego desde su entrada en vigor a comienzos de octubre, dado que no habían ocurrido confrontaciones armadas entre guerrilleros y las fuerzas de seguridad del gobierno.
Aun así, Beltrán señaló que en el primer mes del cese al fuego las fuerzas del gobierno aprovecharon la tregua provisional para incursionar en zonas controladas por el ELN. Además, Beltrán aseguró que el conflicto no había cesado, en vista de las actuales presiones políticas y las matanzas de activistas sociales.
Aunque el ELN culpa al gobierno de no proteger a los líderes sociales, el grupo guerrillero está acusado del reciente homicidio del gobernador indígena de Chocó, departamento situado en la costa Pacífica de Colombia. El ELN afirma que algunos de sus elementos se extralimitaron en las órdenes de investigar al gobernador por posible colusión con la inteligencia militar, según un comunicado del 27 de octubre.
Un informe de seguimiento, divulgado el 7 de noviembre por el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC), también hacía notar varias acciones violentas del ELN que llevaron al desplazamiento de cientos de civiles en el Chocó.
Según los expertos citados por El Colombiano, además de que se mantiene la violencia, se han observado señales de posible disidencia entre el Frente de Guerra Occidental del ELN, que opera en Chocó, y la estructura centralizada del secretariado del grupo que negocia la paz con el gobierno. Esto podría aumentar el riesgo de que el cese al fuego se venga abajo en el departamento.
Análisis de InSight Crime
Dada la inestabilidad que ha padecido tradicionalmente el departamento, y a la naturaleza fragmentada del ELN, existe cierto riesgo de que el cese bilateral al fuego se rompa en el Chocó. Pero la investigación de campo de InSight Crime revela que los acuerdos del hampa podrían ayudar a mantener el tenue cese al fuego.
Aunque no es seguro, el ELN y grupos criminales, como Los Urabeños pueden haberse puesto de acuerdo para repartirse el control de Chocó, que tiene una ubicación estratégica a lo largo de la costa Pacífica de Colombia y de la frontera norte con Panamá. Esta hipótesis, que puede explicar la reciente disminución de las confrontaciones entre estos grupos armados, en comparación con lo observado a comienzos del año, reduce la probabilidad de que el ELN rompa el cese al fuego en el departamento. Una maniobra así llamaría la atención y motivaría la acción de las fuerzas del gobierno, alterando todas las operaciones lucrativas de minería ilegal y cultivo de coca en la zona.
VEA TAMBIÉN: Cobertura sobre paz con el ELN
Eso no quiere decir que el cese al fuego o el proceso de paz general con el ELN esté a salvo. Como ya lo había explicado InSight Crime, la naturaleza fragmentada del ELN indica que es difícil que el secretariado del grupo garantice la adhesión de sus miembros rasos a cualquier medida pactada con el gobierno. Y no cabe duda de que el resultado de los acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) —actualmente en una fase crucial— también incidirá en el futuro de los diálogos con el ELN.
*Este artículo se redactó con ayuda de Ángela Liliana Olaya Castro.