Una comisión del Congreso de Chile ha allanado el camino para la legalización parcial de la marihuana, como parte de los intentos por despenalizar el consumo personal de la droga y permitir su uso médico, todo lo cual podría eventualmente debilitar el rentable comercio ilegal de esta droga en Paraguay.
Aunque todavía no llega a ser ley (la reforma aún debe ser aprobada por la Cámara de Diputados y el Senado del Congreso de Chile), la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados de Chile aprobó un cambio en la ley de control de drogas que le permitirá a la gente cultivar marihuana para fines médicos y recreativos, informó La Tercera.
El cambio propuesto les permitiría a las personas poseer legalmente hasta 10 gramos de marihuana y dejaría que las familias cultiven hasta seis plantas, dos cosas que son ilegales bajo la ley actual. Podría haber prescripciones médicas, y el consumo recreativo en un ambiente privado —ya despenalizado—sería legal, aunque el consumo en público todavía podría ser penalizado.
Durante varios años, Chile ha dado pasos hacia la liberalización de la marihuana, y las tendencias de consumo entre la población, históricamente conservadora, han aumentado, especialmente entre los más jóvenes. De hecho, el país lanzó su primer proyecto piloto para cultivar marihuana medicinal en octubre pasado, y la presidenta Michelle Bachelet ha mostrado cierta apertura a la reforma de la política de drogas.
Análisis de InSight Crime
Reformar las leyes de control de esta droga desde el punto de vista de la oferta, al permitir que la gente cultive su propia marihuana para fines recreativos, podría hacer mella en el lucrativo negocio del comercio ilegal de la marihuana, mediante el tráfico de la droga desde Paraguay, Bolivia y Argentina hacia Chile.
Gran parte de la marihuana de Chile proviene de Paraguay, el mayor productor de marihuana en Suramérica. Un kilo cuesta unos US$45 en Paraguay, mientras que en Chile el mismo kilo se puede vender por US$800 o 900, una enorme diferencia de precio que hace inmensamente lucrativo el tráfico. Si la reforma chilena le permite a la gente cultivar su propia marihuana, se pueden disminuir los márgenes de beneficio de la marihuana traficada ilegalmente desde Paraguay.
En particular, el cambio propuesto no reduciría las penas para las “mulas”, personas que transportan drogas por la frontera peruana y boliviana hacia el norte de Chile, quienes provienen usualmente de sectores de bajos ingresos y son reclutadas para realizar este contrabando mediante promesas de dinero fácil y bajo riesgo.
VEA TAMBIÉN: Cobertura de la política de drogas
La propuesta chilena es bastante similar a la estrategia de “legalización sin comercialización” en el distrito de Columbia, una reciente ley que permite el consumo personal y la producción de marihuana en la capital estadounidense pero prohíbe todas las ventas. Si se aprueba la reforma en Chile, la ley de control de drogas no regularía las ventas comerciales de la droga como en Colorado, Washington o Uruguay.
El órgano de las Naciones Unidas responsable de supervisar los convenios internacionales en materia de drogas criticó recientemente los crecientes esfuerzos de Latinoamérica por reformar las leyes de control de drogas, dado que muchos países de la región han empezado a tratar el consumo de drogas como un problema de salud pública. Por el contrario, algunos funcionarios estadounidenses han utilizado recientemente un tono más moderado.