Panamá ha anunciado que cerrará temporalmente su frontera con Colombia en un intento por detener la migración irregular, decisión que podría impactar la dinámica de la trata de personas en la región.
El presidente panameño Juan Carlos Varela hizo el anuncio el 9 de mayo.
"Hemos tomado la difícil decisión de cerrar la frontera con Colombia para afrontar el paso de migrantes irregulares", explicó Varela.
El mismo día, el gobierno panameño reveló que había iniciado un proceso en el que se trasladará a unos 3.800 migrantes cubanos por avión a México, donde presuntamente continuarán su viaje a Estados Unidos.
Los cubanos se habían quedado atascados en Panamá luego de que el vecino del norte, Costa Rica, cerrara su frontera con Panamá, en noviembre de 2015.
Ese cierre de la frontera coincidió con una disputa diplomática entre Costa Rica y su propio vecino del norte, Nicaragua, por el problema de la migración de cubanos. El gobierno nicaragüense se negó a permitir que los migrantes cubanos pasaran por su territorio, debido a su estrecha relación con el gobierno cubano, que considera traidores a los migrantes.
En últimas, Costa Rica también optó por enviar por aire a México a algunos de los miles de migrantes cubanos atascados en su país.
El proceso actual de "normalización" de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, anunciado en diciembre de 2014, parece haber incitado un pequeño aumento en la emigración desde Cuba. Se dice que muchos cubanos han salido a tratar de llegar a Estados Unidos antes de que se haga algún posible cambio en las leyes estadounidenses que dan tratamiento especial a los migrantes cubanos.
Análisis de InSight Crime
La decisión de las autoridades panameñas de cerrar la frontera con Colombia podría motivar un alza en el negocio de los traficantes de personas en la región. Un informe reciente del Miami Herald detalló cómo el número en alza de migrantes cubanos atizó un incremento en la violencia en la parte colombiana de la frontera, en las luchas de bandas por el control de las lucrativas redes de trata de personas. Informes anteriores indican que los migrantes de Cuba, así como los de países asiáticos y africanos pagan cientos y hasta miles de dólares por persona para pasar en forma ilegal la frontera con Panamá.
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El cierre temporal de la frontera también podría afectar la cooperación entre las autoridades panameñas y colombianas en la lucha contra el crimen organizado en la zona de fronteras, conocida como el Tapón del Darién, un paso por una región selvática conocido por su dificultad, donde mantienen presencia varios grupos criminales y paramilitares. Una gran fila de migrantes en la parte colombiana podría agotar los recursos y apabullar a las autoridades.
"No tenemos ningún plan de contingencia si eso llegara a pasar", declaró al Miami Herald un capitán de la marina colombiana. "No tenemos los recursos para manejarlo, y los alcaldes locales no tienen la capacidad para brindar refugios de emergencia".
En suma, el cierre provisional de la frontera parece tener más motivaciones políticas que prácticas. Luego de la filtración en abril de los llamados "Papeles de Panamá", que mostraban cómo una firma panameña de abogados aparentemente facilitó dudosos esquemas de evasión de impuestos y lavado de dinero usando empresas en paraísos fiscales, el gobierno panameño ha hecho ingentes esfuerzos públicos por reparar la reputación del país como estado de derecho. Como parte de ese esfuerzo, el gobierno firmó recientemente una nueva medida contra la elusión de impuestos y prometió intensificar la lucha contra el crimen organizado.