Se dice que el robo de combustible va en aumento en Colombia, debido en parte a la reciente crisis fronteriza con Venezuela, que lleva a los grupos criminales a buscar nuevas fuentes de gasolina barata, ingrediente esencial en la producción de cocaína.
La petrolera estatal de Colombia Ecopetrol ha perdido US$8,5 millones en los últimos cinco años por causa del robo de petróleo de los oleoductos, según un informe de América Económica.
El más afectado es el oleoducto transandino que va entre los departamentos de Putumayo y Nariño, suroccidente del país. Ecopetrol afirma que de los 160.251 barriles de petróleo sustraídos en el último año, el 92 por ciento vinieron de este ducto.
Sin embargo, en 2015 también se documentó un rápido aumento en el robo de petróleo en el departamento de Norte de Santander —al este del país, limítrofe con Venezuela—.
Aquí, en una región conocida como Catatumbo, el funcionario de Ecopetrol Álvaro Salcedo dijo que ahora se pierden diariamente 4.700 barriles de petróleo crudo del oleoducto Caño Limón-Coveñas, informó RCN Radio.
Análisis de InSight Crime
Durante el trabajo de campo reciente en la región fronteriza entre Colombia y Venezuela, InSight Crime habló con un funcionario de Ecopetrol de Norte de Santander, quien afirmó que los principales perpetradores de las extracciones ilegales en el oleoducto Caño Limón-Coveñas en Catatumbo son el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Ejército Popular de Liberación (EPL). La cantidad de petróleo sustraído por día de este oleoducto equivale a casi US$10.000, declaró el funcionario.
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Una vez extraído, cada barril de petróleo se destila en refinerías improvisadas, para producir unos 10 galones de gasolina. La mayor parte de esta gasolina se destina al procesamiento de base de coca, que luego se refina aún más para la elaboración de cocaína.
El funcionario añadió que Ecopetrol registró un "importante aumento" en la sustracción ilegal de petróleo tras los recientes cierres de los cruces fronterizos entre Colombia y Venezuela. Anteriormente, era fácil para los productores de droga colombianos abastecerse de gasolina barata de la vecina Venezuela, donde los precios artificialmente bajos del combustible crearon una próspera industria de contrabando transfronterizo. Sin embargo, el cierre de la frontera en agosto y septiembre de 2015 limitó los flujos de contrabando, empujando a los productores de base de coca a depender cada vez más de la sustracción a los oleoductos de Ecopetrol.