Las autoridades de Bolivia detuvieron a un importante integrante del Clan Castedo, uno de los más poderosos clanes de narcotráfico en el norte de Argentina, pero es poco probable que esta acción afecte significativamente a la organización.
A mediados de enero, miembros de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) de Bolivia detuvieron a Mario Morfulis Herrera, del Clan Castedo, en la ciudad de Yacuía, al sur de Bolivia. El detenido fue entregado a las autoridades de Argentina, según anunció la Gendarmería Nacional en un comunicado de prensa del 22 de enero.
Morfulis Herrera es cuñado de Delfín Castedo, considerado por las autoridades como uno de los narcotraficantes más importantes de Argentina. Delfín dirigía el Clan Castedo hasta cuando fue arrestado en julio de 2016 por cargos de narcotráfico, después de permanecer fugitivo por muchos años.
Según La Nación, el grupo presuntamente ha mantenido el monopolio del tráfico de cocaína en el norte de Argentina durante dos décadas. La hermana de Castedo, Roxana, quien está casada con Morfulis Herrera, era propietaria de unas 20.000 hectáreas de tierra en Bolivia; a su vez, el clan tenía bajo su control otras 30.000 hectáreas de tierra en el norte de Argentina.
En el año 2016, las autoridades informaron que la organización traficaba cuatro toneladas de cocaína al mes, las cuales salían de Bolivia con destino a Europa.
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Según La Nación, una vez los cargamentos de cocaína ingresaban a Argentina provenientes de Bolivia, salían de Quitilipi en la provincia del Chaco, al noreste del país, camuflados en cargamentos de carbón, para luego llegar a los puertos de Rosario y Zárate, desde donde eran enviados a España y Portugal.
Morfulis Herrera tiene la doble ciudadanía de Bolivia y Argentina, y vivía en Yacuíba, por lo que se convirtió en uno de los principales pilares de las operaciones de tráfico de cocaína del Clan Castedo en Bolivia.
El Clan Castedo ha sufrido una serie de golpes en los últimos años. El hermano de Delfín, Raúl Castedo, alias "Ula", fue arrestado hace una década en Bolivia, y posteriormente extraditado a Argentina en 2016. Tenía contactos establecidos en Santa Cruz de la Sierra, en el este de Bolivia, una de las áreas productoras de base de coca más importantes del país, donde, según La Nación, el grupo adquiría su producto.
Otros dos hermanos de Delfín, Rafael y Roberto, también están en la cárcel por pertenecer a una organización criminal.
Análisis de InSight Crime
Las autoridades han arrestado a varios miembros importantes del Clan Castedo durante varios años, pero el grupo siempre ha encontrado la manera de continuar con sus operaciones, por eso es poco probable que el reciente arresto de Morfulis Herrera sea la estocada final que desmantele al grupo por completo.
Ello se puede explicar por el hecho de que, según las autoridades, al perecer el clan ha ejercido el control exclusivo de casi todos los eslabones de la cadena de narcotráfico en el norte de Argentina durante prácticamente los últimos 20 años.
La hermana de Delfín Castedo, Roxana, sigue siendo propietaria de grandes franjas de territorio estratégico en el lado boliviano de la frontera entre Argentina y Bolivia.
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El Clan Castedo parece ser mucho más estable y sofisticado que otros grupos transnacionales del país. Tradicionalmente, este tipo de grupos argentinos han sido estructuras transfronterizas y ubicadas en áreas específicas, que mueven las drogas al interior de Argentina y luego las venden a otros grupos que saben cómo enviarlas a los mercados internacionales.
Además, el Clan Castedo se ha recuperado de varios arrestos anteriores, y al parecer sus líderes han logrado administrar las operaciones de drogas desde las cárceles.
En este sentido, el Clan Castedo es muy similar al conocido grupo de narcotraficantes Los Monos, que continúa dirigiendo grandes partes del narcotráfico en la ciudad portuaria de Rosario, incluso después de que, tras un histórico juicio, varios de sus miembros principales fueron condenados y recibieron penas de prisión. La existencia de este tipo de grupos recuerda las advertencias según las cuales el control gubernamental puede estar perdiendo terreno frente a las prisiones de todo el país.