Una caída vertiginosa en los precios del petróleo a nivel mundial, los cuales han alcanzado su nivel más bajo en los últimos seis años, podría afectar la rentabilidad del robo de petróleo, el cual ha pasado a hacer parte del portafolio criminal en México.
Los precios del petróleo han caído casi un 55 por ciento desde junio de 2014, a alrededor de US$45 por barril en enero de 2015.
En los últimos años, el robo de petróleo se ha convertido en una fuente de ingresos importante para los grupos criminales mexicanos que buscan diversificar sus operaciones. En 2014, la petrolera estatal PEMEX estimó que los actores criminales robaron US$1,15 mil millones en petróleo, cerca de 27.000 barriles al día. El País informó que las tomas clandestinas en los ductos de petróleo también alcanzaron máximos históricos, con casi 4.000 detectadas en 2014, en comparación con 2.800 en el año anterior. Estimaciones independientes de VICE indican que las pérdidas por el hurto de petróleo posiblemente estén más cerca de los US$5 mil millones.
Análisis de InSight Crime
A pesar de las fuertes caídas que se presentaron en los precios del petróleo a lo largo de la segunda mitad de 2014, según los informes, el robo de petróleo aumentó en un 33 por ciento con respecto al año anterior. De hecho, grupos como los Zetas y el Cartel del Golfo ahora cuentan con sofisticadas redes de distribución para su petróleo robado y se dice que controlan casi el 15 por ciento del negocio de la gasolina en México. Estas organizaciones ahora tienen en su poder camiones cisterna y venden gasolina directamente a las estaciones de servicio, que actúan como un mercado paralelo de facto.
Los grupos criminales inundan el mercado mexicano con precios que están muy por debajo del precio fijo establecido por el gobierno. Cuando los precios del petróleo alcanzaron su punto máximo en junio, estos grupos lo vendían por menos de la mitad del precio oficial.
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La forma en que el crimen organizado mexicano se apoya en la industria del petróleo representa otro ejemplo de cómo estos grupos han diversificado sus ingresos. Con la caída de los antiguos imperios criminales y la intensificación de la competencia por las rutas de la droga, México ha visto un aumento en otras actividades delictivas como el secuestro, la extorsión y el hurto de petróleo. En el caso de que los precios del petróleo sigan cayendo a la par con los beneficios potenciales que este comercio ofrece, los grupos criminales mexicanos podrían reenfocar su atención en otros mercados, incluyendo la venta de otro tipo de bienes de contrabando.