Colombia ha anunciado una nueva estrategia para la erradicación de coca y la sustitución de cultivos, que busca combatir el narcotráfico desde la raíz, aunque la propuesta podría afrontar dificultades en zonas del país donde la poca infraestructura resta competitividad a los cultivos legales.
La estrategia, anunciada por el presidente de Colombia Juan Manuel Santos el 22 de septiembre, busca combatir el tráfico de cocaína en cada eslabón de la cadena de las drogas. Se centra en seis áreas:
- Inversión social: Ampliar la presencia estatal en las áreas de cultivo de coca, construyendo vías, escuelas, puestos de salud, acueductos y redes de servicios.
- Sustitución: El gobierno buscará llegar a acuerdos con las comunidades para la erradicación voluntaria de la coca, pero recurrirá a la erradicación forzada de ser necesario. Las comunidades beneficiarias recibirán financiación y asesoría técnica para desarrollar proyectos agrícolas pertinentes. Además, si los campesinos completan cinco años con cultivos lícitos, podrán recibir títulos legales sobre la tierra.
- Interdicción: El gobierno seguirá persiguiendo a las organizaciones y redes criminales dedicadas al narcotráfico.
- Investigación y procesamiento judicial: se desarrollarán herramientas legales para ayudar en la lucha contra las drogas ilegales y reducir la impunidad.
- Consumo: El Ministerio de Salud coordinará con otras diez agencias el enfoque en prevención del consumo, tratamiento y reducción de riesgos.
- Reforma institucional: se creará la nueva Agencia para la sustitución de cultivos ilícitos, así como un fondo para financiar la estrategia.
Santos señala que un aspecto fundamental de la nueva estrategia es centrar esfuerzos. De los 1.102 municipios de Colombia, en 204 se cultiva coca, pero el 43 por ciento de la producción de coca se concentra en sólo 10 municipios.
El exministro de salud Eduardo Díaz estará al frente de la estrategia, que comenzará a implementarse en 2015 y 2016 en los dos departamentos con mayor producción de coca: Putumayo y Nariño.
Según El Tiempo, la estrategia requerirá alrededor de US$15 mil millones para su implementación.
Análisis de InSight Crime
En el último año, Colombia fue una vez más el mayor productor de cocaína del mundo, según las Naciones Unidas, que registró un incremento de 44 por ciento en el número de hectáreas cultivadas entre 2013 y 2014.
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La nueva estrategia para abordar esto es radicalmente opuesta a la estrategia que reemplaza: la fumigación aérea de los cultivos de coca con el herbicida glifosato, una práctica que Santos ordenó acabar en mayo, después de que autoridades de salud establecieran que el químico usado es carcinógeno. Esta estrategia más blanda, enfocada en la erradicación voluntaria, la sustitución de cultivos y el incentivo de titulación de la tierra, está estrechamente ligada a las actuales negociaciones de paz del gobierno con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y refleja los compromisos hechos en los acuerdos con las FARC sobre el tráfico de drogas y la reforma agraria.
Sin embargo, aunque la nueva estrategia es prometedora, es probable que enfrente viejos problemas. Gran parte de los cultivos de coca en Colombia se concentran en regiones aisladas, como los departamentos del sur, donde se pondrá a prueba el proyecto. Allí la falta de infraestructura vuelve prohibitivos los costos de transporte, restando competitividad a la producción. Aunque el gobierno ha prometido inversiones en infraestructura para remediar esto, aun si se cumplieran dichos compromisos, se requeriría tiempo, y es posible que el Estado tenga que subsidiar la producción entre tanto para asegurar que los campesinos no regresen a la coca como su única opción económicamente viable.