El arresto de importantes miembros de reconocidas organizaciones criminales de Colombia, que se habían aliado para traficar más de tres toneladas de cocaína, dejó al descubierto la formación de un nuevo "consorcio criminal".
El 4 de junio, las autoridades de Colombia informaron sobre la captura de 14 personas parte de una alianza criminal que incluía a miembros de Los Urabeños, La Oficina de Envigado, Los Pachenca y el Clan del Oriente.
La alianza traficaba cocaína mediante rutas marítimas y aéreas a Costa Rica, Panamá, Bahamas, Jamaica y México, desde donde luego era enviada a países en Norteamérica, Europa, Oceanía y Asia.
Las autoridades denunciaron que el grupo obtuvo ganancias por más de US$90 millones y que tenía vínculos con la mafia italiana y grupos criminales Mexicanos.
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Entre los sospechosos que serán extraditados a petición de Estados Unidos figuran Roberto Hernández Ossa, alias “Cambo”, uno de los máximos líderes de La Oficina; Ovidio Isaza Gómez, alias “Roque”, cabecilla e hijo de Ramón Isaza, exjefe de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC); y Alba Nery Rodríguez, alias “La Gaviota”, segunda en la estructura de La Oficina en la Costa Atlántica y compañera sentimental del líder de Los Pachenca, “Chucho Mercancía”.
Los grupos que forman el consorcio ya habían sido debilitados tras los recientes arrestos de sus líderes. En los últimos meses, tres líderes de la Oficina de Envigado fueron detenidos, y el segundo al mando de Los Pachenca fue capturado el mes pasado.
Análisis de InSight Crime
Este tipo de colaboraciones entre grupos criminales de Colombia no son nuevas pero, las particularidades de esta alianza y su futuro están plagados de interrogantes y posibles indicios sobre nuevas dinámicas criminales en el país.
En el pasado, el Clan del Golfo ha establecido alianzas con otras organizaciones y bandas criminales. Los Pachenca llegaron a trabajar para el grupo también conocido como Los Urabeños, resguardando cargamentos de drogas, pero ambas organizaciones terminaron en conflicto, lo que demuestra la fragilidad de estas uniones.
Aunque la información disponible no da pistas sobre las razones que llevaron a las cuatro organizaciones a formar el consorcio, esta clase de alianzas criminales se emplean para evitar grandes pérdidas en caso que las mercancías resulten incautadas o que se produzcan arrestos.
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En la estructura, el cabecilla de La Oficina, alias Cambo, tenía el control de los movimientos financieros y pagos referentes a las diversas actividades ilícitas. Por su parte, alias Roque, coordinaba desde prisión el envío de cargamentos de cocaína al exterior e impartía órdenes a Karen Marledis Gallo, alias “La Negra”, una integrante del Clan del Golfo, quien fungía de enlace entre los grupos criminales y coordinaba el tráfico de drogas y armas.
Desde hace meses se sospechaba que Los Urabeños estarían buscando alianzas para fortalecerse mediante otros puntos de control fuera de Urabá, su centro de operaciones. La asociación con la Oficina en el Valle de Aburrá y la confirmación de que uno de sus miembros está ejerciendo como enlace central parecen indicar que el grupo continúa haciendo esfuerzos para fortalecerse tras los golpes que han sufrido recientemente.
Sin embargo, queda por saber qué empujó a una organización poderosa como la Oficina de Envigado a formar parte de este equipo y cuál era su ganancia en este esquema.