La Policía Nacional de Colombia ha llevado a cabo la mayor purga de sus filas desde hace más de 20 años, pero tendrá que hacer mucho más para reconstruir la credibilidad de una institución empañada por los escándalos y la corrupción.
En sólo 80 días, la policía colombiana ha retirado a 1.427 funcionarios de sus 180.000 miembros. El jefe de la policía, general Jorge Hernando Nieto, dijo en una conferencia de prensa que 373 agentes de la policía habían sido destituidos como consecuencia de casos de corrupción que incluyen desde distribución de drogas hasta sobornos, mientras que otros fueron retirados debido a incompetencia, porque renunciaron, o porque fueron sometidos a evaluaciones de desempeño, entre otras razones, informó El Colombiano.
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Según el general Nieto, esta purga hace parte de una estrategia de “tolerancia cero” a la corrupción, que también ha llevado a que 254 policías hayan sido arrestados en el transcurso del año 2016, informó Caracol Radio. En los próximos meses podrían ser retirados otros 600 funcionarios, añadió el general.
En la policía colombiana no se ha presentado una purga de estas proporciones desde 1995, cuando fueron despedidos 11.000 oficiales del organismo, que contaba en ese momento con 80.000.
Análisis de InSight Crime
Colombia se está preparando para la posible desmovilización de sus principales grupos guerrilleros después de décadas de guerra, y transformar a la policía nacional en una fuerza efectiva y confiable será una parte esencial de la transición del país en el posconflicto. Sin embargo, es poco probable que el sólo proceso actual de limpieza logre este objetivo.
El descubrimiento de una red de prostitución al interior de la policía —que condujo a la reciente renuncia del predecesor del general Nieto, Rodolfo Palomino— ha llevado a que la confianza popular en la policía haya llegado a sus niveles más bajos. Durante una reciente encuesta, el 59 por ciento de los encuestados dijeron que tenían una visión negativa de la Policía Nacional, en comparación con el 38 por ciento el año pasado. Desde que asumió su cargo, el general Nieto ha hecho de la reforma de la imagen de la policía una de sus principales prioridades.
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Pero la participación directa de la policía en el crimen organizado es lo que planteará los mayores problemas en un escenario de posconflicto. En los últimos meses, se ha encontrado que numerosos agentes de policía trabajan para el narcotráfico, la minería ilegal y las redes de contrabando en todo el país.
Según Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC), la purga interna es un paso positivo, pero la policía deberá hacer mucho más para recuperar la confianza popular y estar en condiciones de enfrentar los desafíos del posconflicto en Colombia.
“Tomará un tiempo para recuperar la confianza ciudadana”, le dijo Restrepo a El Colombiano, “que se perdió no por los escándalos de Palomino sino por su falta de liderazgo y gestión, además de la ineficiencia de la contrainteligencia”.