La Fiscalía de Colombia cree que más de 100 personas fueron asesinadas, desmembradas y desaparecidas en una prisión de Bogotá entre 1999 y 2001, lo cual es un macabro ejemplo de que los grupos armados y los narcotraficantes convirtieron las cárceles colombianas en centros del crimen organizado.
La Fiscalía de Colombia anunció que está investigando la desaparición de por lo menos 100 personas de la cárcel La Modelo, que al parecer fueron asesinadas y luego sus cuerpos fueron desmembrados y arrojados por el alcantarillado de la prisión.
Según declaraciones de testigos, las desapariciones fueron realizadas por paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), quienes en ese momento gobernaban en la sección de la prisión donde se centra la investigación.
La fiscal que lleva el caso, Caterina Heyck Puyana, dijo que entre las víctimas no había sólo presos, sino además familiares de éstos y otras personas de fuera de la prisión.
En una entrevista con la emisora La FM, Heyck señaló que los paramilitares, así como los narcotraficantes y los grupos guerrilleros, dominaban sus respectivas secciones de las cárceles, desde donde dirigían diversas actividades criminales, como tráfico de armas y drogas y prostitución, con la complicidad de funcionarios corruptos.
Análisis de InSight Crime
A finales de los noventa y primeros años del nuevo siglo, las cárceles como La Modelo estaban comúnmente divididas en tres secciones: una de los grupos guerrilleros, otra de sus enemigos los paramilitares y otra de delincuentes comunes. Cada uno de estos grupos podía formar estructuras criminales fuertemente armadas para imponerse en sus respectivas secciones, y los enfrentamientos violentos entre ellos eran comunes.
Según investigaciones de los medios de comunicación y testimonios de combatientes desmovilizados, los paramilitares también utilizaban las prisiones para cobrar rescates y deudas relacionadas con drogas, mantener secuestrados y llevar a cabo asesinatos.
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La periodista Jineth Bedoya, cuyo secuestro en la cárcel La Modelo en el año 2000 fue el punto de partida para la mencionada investigación, dijo que en esa época La Modelo era "la oficina desde donde se administraba la criminalidad más grande del país".
Aunque por mucho tiempo han circulado evidencias del desmembramiento y la desaparición de personas, esta investigación es el primer indicio de la magnitud de las atrocidades, que según los fiscales se pudieron haber repetido en numerosas prisiones controladas por paramilitares en todo el país.
Hoy en día las cárceles colombianas siguen siendo un hervidero de corrupción, crimen y terribles condiciones. Sin embargo, a pesar de sus imperfecciones, no están tan directamente gobernadas por los grupos armados como lo estuvieron en la primera década de este siglo.