Las investigaciones de la policía en dos puntos de alquiler de armas en una ciudad fronteriza colombiana ponen de relieve cómo las armas de fuego alquiladas benefician a los grupos criminales del país.
En febrero de 2016, la policía se incautó de armas y municiones de dos presuntos locales de alquiler de armas en Cúcuta, Colombia, ciudad conocida como fortín de grupos criminales y del contrabando.
Según el jefe de la Policía Metropolitana de Cúcuta Jaime Barrera, un revólver podía alquilarse por 100.000 pesos colombianos (unos US$30) en los expendios, informó La Opinión.
En el primer punto de alquiler, la policía halló tres revólveres, diferentes municiones y suministros para empaquetamiento de drogas. Según la policía, el lugar era usado por un grupo criminal dedicado al robo de autos y los atracos en Cúcuta.
Las armas decomisadas pasarán un análisis de balística para determinar si fueron usados en homicidios cometidos recientemente en la ciudad.
En la segunda operación de alquiler, la policía confiscó nueve revólveres, tres pistolas y un rifle, junto con municiones.
Este punto de alquiler era usado por las bandas criminales (Bacrim) Clan Úsuga o los Urabeños y los Rastrojos, además de los grupos guerrilleros Ejército de Liberación Nacional (ELN) y Ejército Popular de Liberación (EPL), según La Opinión.
De acuerdo con las autoridades, este centro de alquiler era usado como punto de escala para aprovisionarse de armas que los Rastrojos luego trasladarían ilegalmente a otra ciudad del departamento de Norte de Santander.
Análisis de InSight Crime
El uso de alquiler por parte de grupos criminales es relativamente común en Colombia, donde se informa que circulan 2,5 millones de armas de fuego ilegales.
En 2015, el alquiler de armas en Barranquilla costaba supuestamente más de 100.000 pesos colombianos (US$30) al día. En Bogotá en 2015, se dice que los alquileres de armas eran más costosos, a 300.000-500.000 pesos colombianos (US$90-US$150) al día.
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Las armas de alquiler se usan para cometer robos en residencias y negocios, y para crímenes de mayor riesgo y sicariato. Según Semana, este fenómeno es especialmente difícil de rastrear para la policía, ya que los negocios alquiler tienen generalmente pequeñas cantidades de armas fáciles de esconder. Además, la conexión de las armas con un crimen es problemática porque la misma arma puede ser usada por múltiples personas en un corto periodo de tiempo.
El uso de armas alquiladas para cometer crímenes también se ha notificado en otros países de la región, incluyendo México, pero no hay muchas notificaciones en el Triángulo Norte (Honduras, El Salvador, y Guatemala), donde las tasas de homicidios son las más altas del mundo.
Queda por ver si las nuevas iniciativas de Colombia de prohibición del porte de armas de fuego en 2016 reduce la rentabilidad del uso de armas alquiladas.