Colombia ha liberado cerca de 11.000 presos en los últimos cuatro meses; una medida destinada a reducir el hacinamiento masivo en las cárceles del país, pero una que probablemente sólo servirá como una solución temporal.
El Congreso de Colombia aprobó reformas al Código Penitenciario en diciembre de 2013, el cual permite a los presos, que cumplen con determinadas condiciones, hacer una petición de libertad anticipada. Desde que las reformas entraron en vigor el 20 de enero, las sentencias de cerca de 2.000 presos han sido suspendidas, mientras que otros 6.596 presos han sido liberados bajo libertad condicional y a 1.572 se les ha concedido el arresto domiciliario, informó El Tiempo.
El Instituto Nacional Penitenciario Inpec actualmente está procesando más de 15.000 solicitudes adicionales de libertad anticipada. Para ser elegibles, los presos deben haber completado las tres quintas partes de su condena, haber demostrado un buen comportamiento, y tener fuertes lazos familiares y sociales.
Aunque la mayoría de los liberados fueron encarcelados por delitos como robo, posesión de drogas, y violencia doméstica, por lo menos un asesino convicto ya salió de la cárcel bajo el nuevo código penitenciario. Lady Tabares, quien fue sentenciada a 26 años por homicidio y cuya historia de la niñez fue la trama de una película famosa de Colombia, fue liberada de prisión en Medellín para cumplir con el resto de su sentencia bajo arresto domiciliario.
Análisis de InSight Crime
El hacinamiento en las cárceles es un problema grave en toda Latinoamérica, y Colombia no es la excepción. Antes de que se promulgaran las recientes reformas, las cárceles del país estaban, en promedio, aproximadamente un 60 por ciento por encima de su capacidad, una cifra que desde entonces ha disminuido un 4,6 por ciento. La prisión más superpoblada del país, en el departamento (provincia) de La Guajira, al noreste del país, se encuentra en más de cinco veces por encima de su capacidad.
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Además de contribuir a las violaciones de los Derechos Humanos en la región, el hacinamiento ha provocado el surgimiento y crecimiento de pandillas como el Primer Comando Capital (PCC) en Brasil y la MS13 y Barrio 18 en El Salvador. En muchos casos, los miembros de las pandillas se aprovechan de la alta relación entre los prisioneros y la guardia, así como del personal corrupto, para continuar con el funcionamiento de las actividades -como las redes de extorsión- desde el interior de las celdas de la cárcel. En Bolivia, la policía informó en 2012 que al menos 10 grupos criminales estaban siendo manejados desde el interior de las prisiones del país.
Aunque los cambios en el código penitenciario de Colombia han aliviado el hacinamiento ligeramente, esta medida es una solución temporal para un sistema penitenciario defectuoso. Como informó el director del Inpec, mientras que 16.838 prisioneros han sido puestos en libertad este año -ya sea por las nuevas reformas o porque habían terminado de cumplir sus sentencias- otros 14.065 han entrado en las cárceles del país.
Bolivia aprobó una medida similar para reducir el hacinamiento en 2013, con el presidente Evo Morales firmando un decreto que absolvía a los presos que cumplían con determinadas condiciones y estaban cumpliendo hasta ocho años de cárcel por delitos menores.