El gobierno de Colombia y los cocaleros manifestantes han llegado a un acuerdo inicial que podría proporcionar un punto de partida para las medidas de sustitución de cultivos, las cuales han sido discutidas en las negociaciones de paz con las FARC, pero que es poco probable que tenga éxito a menos que esté acompañado de soluciones a largo plazo.
El acuerdo, anunciado el 28 de agosto, promete brindar ayuda a los cultivadores de coca y a sus familias en la región del Catatumbo, al noreste de Colombia, lo que incluye seis meses de provisiones de alimentos, empleo temporal, subvenciones a las familias para establecer cultivos de subsistencia y una donación de una sola vez a familias cuyos cultivos de coca fueron destruidos bajo los esquemas de erradicación del gobierno, informó Radio Caracol.
El acuerdo también incluye la implementación de un plan de gobierno para llevar tecnología e internet a las comunidades, señaló el diario El Colombiano.
El Catatumbo es una región clave para el cultivo de coca que ha sido sacudido por los disturbios en los últimos meses, ya que los agricultores han protestado en contra de las medidas de erradicación de la coca, con el gobierno alegando que las protestas fueron incitadas por la guerrilla. Los enfrentamientos entre los manifestantes y la policía provocaron varios muertos y numerosos heridos.
Análisis de InSight Crime
Si bien el acuerdo del gobierno con los agricultores en el Catatumbo es un comienzo alentador para un esfuerzo social de reducir la producción de coca, sólo puede ser visto como una medida a corto plazo. Lo que suceda después de los seis meses de asistencia a los agricultores está aún sin resolver.
Los intentos anteriores para sustituir la coca por cultivos legales han sido infructuosos por diversas razones, entre ellas las dificultades para transportar los cultivos legales al mercado y la fluctuación de los precios de los productos básicos –recientemente, la caída de precios de los cultivos como el café y el arroz también han dado lugar a protestas generalizadas en Colombia–. La coca, por otro lado, generalmente mantiene un precio más estable y tiene un mercado garantizado en el narcotráfico.
Otro obstáculo para el éxito de este sistema es el control ejercido por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en las zonas productoras de coca. Éstas obtienen ganancias por medio del cobro de impuestos a los cultivadores de coca y la venta de base de coca a las BACRIM, lo que significa que cualquier esquema duradero de sustitución de coca tendría que ir acompañado de un aumento sustancial de la seguridad del Estado y los servicios sociales, o el llamado a la guerrilla a participar en el acuerdo, para evitar represalias.
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En febrero, las FARC propusieron la legalización del cultivo y consumo de drogas como parte de las negociaciones de paz en curso. Como es poco probable que el gobierno colombiano implemente unilateralmente esa idea, es probable que se tenga que llegar a un acuerdo sobre sustitutos de ingresos para la coca. El acuerdo en el Catatumbo podría constituir la base de los programas de sustitución de coca en la agenda de las negociaciones de paz. Sin embargo, si las medidas no se desarrollan más allá de una medida provisional de corto plazo, esas negociaciones podrían verse perjudicadas.