Los presidentes de Colombia y Perú firmaron un acuerdo bilateral comprometiéndose a luchar contra el tráfico de drogas y la minería ilegal en la región fronteriza, pero la escala de la actividad criminal en la región del Amazonas sugiere que se necesita más voluntad política si se quiere combatir el crimen organizado en esta zona.
El 30 de septiembre, los gabinetes del presidente colombiano Juan Manuel Santos y del presidente peruano Ollanta Humala se reunieron en Iquitos, una ciudad en el Amazonas peruano, para firmar un acuerdo de 11 puntos cuyo objetivo es enfrentar la inseguridad a lo largo de la zona fronteriza, informó Rumbo Minero. El acuerdo incluye iniciativas para combatir el narcotráfico, la minería ilegal y el comercio ilegal de madera en el Amazonas, informó Portal del Sur. También incluye iniciativas sobre desarrollo económico y social en la región.
Adicionalmente, el ministro de Defensa de Colombia y el ministro del Interior de Perú afirmaron que van a aumentar la colaboración para enfrentar el lavado de dinero, y crearán un nuevo grupo de trabajo que facilitará el intercambio de información de inteligencia entre los dos países, informó Vanguardia.
Análisis de InSight Crime
A pesar de que esta reunión es un paso en la dirección indicada, el acuerdo alcanzado no contiene detalles concretos sobre cómo Colombia y Perú planean mejorar la lucha contra la actividad criminal en el Amazonas. Dado el alcance de las industrias ilícitas en esta área –particularmente en la triple frontera compartida por Colombia, Brasil y Perú- lo que es profundamente necesario allí es una estrategia de seguridad detallada y un compromiso demostrado para implementarla con acciones, no sólo con palabras. Sin embargo, esta reciente reunión –junto con la reciente declaración de estado de emergencia en los dos departamenos de la región del Amazonas en Perú- en una señal alentadora de que Colombia y Perú están listos para prestarle más atención al Amazonas.
VEA TAMBIÉN: Noticias y perfiles de Perú
Debido a su aislamiento geográfico, la zona de la triple frontera ha sido vista como una fuente de hostilidades para la actividad criminal por mucho tiempo. Por décadas, la llamada “capital” de la región del Amazonas colombiano, Leticia, ha sido utilizada como un punto de transbordo para exportar cocaína e importar precursores químicos para la producción de la misma. Hasta hoy, la ciudad sigue siendo un punto clave para el tráfico de drogas desde Perú y Colombia hacia Brasil.
Algo que obligaría a las autoridades de Colombia y Perú a prestar más atención a la región del Amazonas sería que los grupos sucesores de los paramilitares de Colombia establecieran una mayor presencia en la zona. En marzo de este año, un oficial antinarcóticos de Perú dijo a InSight Crime que no hay indicios de que estos grupos (conocidos como BACRIM, de “bandas criminales”) estuvieran operando en Leticia. Sin embargo, el arresto en mayo de nueve presuntos miembros del grupo criminal Libertadores del Vichada indica que la BACRIM podríaestar moviéndose hacia esta zona.