El presidente de Colombia ordenó la suspensión de las controvertidas fumigaciones aéreas de los cultivos de drogas con el herbicida glifosato. Sin embargo, es muy probable que, de cierta forma, esté reemplazando una controversia con otra.
El ministro de Defensa y otras autoridades deberán comenzar a poner fin a la fumigación con glifosato, y la práctica deberá ser eliminada por completo a más tardar el 1 de octubre, anunció el presidente Juan Manuel Santos en una rueda de prensa.
El gigante de agroquímicos Monsanto produce glifosato bajo el nombre comercial de Roundup. Esta sustancia es usada en las fumigaciones aéreas que realiza Colombia con el apoyo financiero de Estados Unidos para erradicar los cultivos de droga, particularmente los de hoja de coca, material base para la producción de cocaína. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el ministro de Salud colombiano han mostrado su preocupación por los potenciales efectos adversos del herbicida sobre la salud humana. Monsanto ha dicho que el glifosato no representa ningún riesgo para los humanos si se usa de forma adecuada.
Santos se refirió a los riesgos potenciales del glifosato para la salud como la razón principal para tomar esta decisión, pero también citó un informe reciente de la Casa Blanca que señala que los cultivos de coca en Colombia aumentaron 39 por ciento en 2014. "Eso nos indica que la aspersión no está teniendo el efecto que estábamos buscando", dijo el presidente Santos.
El mandatario también dijo que la decisión de poner fin a las fumigaciones con glifosato no era una concesión a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el grupo guerrillero más grande del país. Se cree que los guerrilleros, quienes actualmente adelantan negociaciones de paz con el gobierno, se financian principalmente de la producción de cocaína.
Colombia buscará reemplazar las fumigaciones con glifosato con métodos alternativos para la erradicación de cultivos de drogas, entre ellos la erradicación manual, dijo Santos.
Análisis de InSight Crime
En el corto plazo, la decisión de Santos parece tener un bajo costo político. Es poco probable que poner fin al uso de un químico potencialmente dañino le gane enemigos a nivel nacional (aparte de los críticos habituales). Adicionalmente, a pesar de haber urgido a Colombia para que continúe utilizado el glifosato en las fumigaciones, Estados Unidos parece haber tomado la decisión de Santos de manera positiva. El embajador estadounidense Kevin Whitaker dijo que aceptaba la decisión y reiteró el apoyo y la cooperación de su nación con los esfuerzos antinarcóticos de Colombia.
Sin embargo, aún está por verse si la política antidrogas colombiana se ajustará a este nuevo escenario. Hasta el momento, el presidente sólo ha mencionado el incremento en la erradicación manual como reemplazo de las fumigaciones. Pero esta práctica ha disminuido en gran medida debido al alto número de bajas que implica. Se sabe que la guerrilla de las FARC instala trampas explosivas y campos minados alrededor de los cultivos y que ataca a los erradicadores manuales con francotiradores.
Es probable que Santos —quien ha basado su legado político en las negociaciones de paz con las FARC— tratará de evitar ese tipo de muertes, las cuales podrían afectar de forma negativa el proceso de paz. Sin embargo, Colombia parece estar recuperando su infame título como el mayor productor mundial de cocaína, por lo que Santos podría tener tropiezos en el futuro cercano, en especial en cuanto a la defensa de su política antidroga.