Aproximadamente el 12 por ciento de la población colombiana ha sido desplazada como resultado de la violencia perpetrada por los grupos insurgentes y las organizaciones criminales, lo que ubica al país como el segundo con mayor número de desplazados internos después de Siria.
Un reciente informe (pdf) del Centro de Vigilancia de Desplazados Internos (IDMC por sus iniciales en inglés) y el Consejo Noruego para Refugiados muestra que, de los casi siete millones de desplazados internos (IDP en inglés) en Latinoamérica, seis millones residen en Colombia. En total, en el país vive el 15,8 por ciento de la población mundial de desplazados internos.
Según el informe, un número significativo de personas también se han visto forzadas a reubicarse en El Salvador, México y Guatemala —entre 240.000 y 290.000 en cada uno de estos tres países—. En contraste, Honduras tiene el menor número de IDP de los países de Latinoamérica estudiados por el IDMC—29.400—, un valor significativamente menor que el de los países vecinos del Triángulo del Norte asediados por el crimen organizado. Ponderado por su población, las estadísticas de desplazados en México y Honduras son mucho menores que las registradas en Colombia, Guatemala y El Salvador.
El informe le atribuyó la causa del desplazamiento generalizado en Colombia al actual conflicto armado, en el que participan los grupos guerrilleros de las Fuerzas Revolucionarias Armadas de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Sin embargo, las organizaciones criminales que operan en la costa Pacífica del país, que cuenta con importantes rutas de tráfico de drogas y armas, han forzado igualmente a varias personas a abandonar sus hogares durante los últimos años. En México y Centroamérica, el informe encontró que la mayoría de los desplazamientos son consecuencia del narcotráfico y la violencia vinculada a las pandillas.
Análisis de InSight Crime
Si bien el informe del IDMC muestra un crudo panorama del total de personas desplazadas en Latinoamérica, es posible que estas cifras se queden cortas para expresar la magnitud real del problema. El desplazamiento interno es generalmente una de las consecuencias menos visibles de la violencia, y algunos países no cuentan con cifras precisas del número de víctimas. En México, por ejemplo, el gobierno no tiene una cifra oficial del número de personas que han huido a causa de la violencia que acompaña al narcotráfico, pero el centro de pensamiento Parametría estima que cerca de 1,65 millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares entre 2006 y 2011.
El IDMC sólo pudo estudiar a seis países de la región, y señaló que la disponibilidad de datos era un problema importante. Por ejemplo, el informe no incluye a Brasil, donde el desplazamiento es un problema en gran medida ignorado y es causado por una variedad de factores como las pandillas, las milicias y las fuerzas de seguridad del Estado.
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El informe también señaló que los investigadores no pudieron encontrar cifras precisas de desplazamiento en Honduras para el año 2014, lo cual podría explicar las sorprendentes bajas cifras de IDP reportadas. Honduras tiene una de las tasas de homicidios más altas en la región, y sufre problemas de violencia pandillera y narcotráfico similares a los de sus vecinos en el Triángulo del Norte (Guatemala y El Salvador), los cuales tienen un registro hasta 10 veces más alto de personas desplazadas.