El segundo grupo guerrillero más grande de Colombia ha ejecutado su ataque más mortífero en años con el asesinato de 12 agentes de las fuerzas de seguridad, en lo que parece ser un despliegue de fuerza por parte del miembro más reciente en el comando central del ejército insurgente.
El 26 de octubre, guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) mataron a 11 soldados y un agente de policía en una remota región montañosa de la provincia de Boyacá. Las fuerzas de seguridad transportaban los votos depositados el día anterior durante los comicios locales realizados en Colombia. Otros tres soldados resultaron heridos en el ataque, mientras que dos funcionarios electorales, dos soldados, un agente de policía y un integrante de la comunidad indígena U'wa se encuentran desaparecidos, según informes de Reuters.
La emboscada de Boyacá fue el mayor de una serie de ataques recientes perpetrados presuntamente por el ELN. Otro asalto insurgente dejó un soldado muerto en el departamento de Antioquia, según una nota de El Colombiano. Se cree que el ELN también es responsable de un ataque con granadas que se dirigió el 27 de octubre contra una estación de policía en el departamento de Norte de Santander, al nororiente del país, del cual se dice que resultó un policía herido.
Análisis de InSight Crime
Según El Tiempo, los servicios de inteligencia le atribuyen la violencia en Boyacá al comandante del ELN Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía, alias "Pablito", reconocido como militar de línea dura y quien dirige las operaciones del grupo insurgente en la región. Pablito, quien se unió al Comando Central del ELN (COCE) en enero de este año, ha coordinado ataques contra infraestructura eléctrica y de petróleo al este de Colombia, donde tradicionalmente ha habido más actividad militar insurgente.
Se cree que Pablito es una figura central en la iniciativa del ELN por entrar en el tráfico de drogas ilícitas, y tiene una orden de captura emitida por Estados Unidos por cargos de narcotráfico, según El Tiempo. El grupo insurgente se ha opuesto tradicionalmente al narcotráfico por principios morales, pero en los últimos años esa oposición ideológica al lucrativo negocio de la droga casi se ha desvanecido.
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Inicialmente, varios analistas consideraron la inclusión de Pablito en el Comando Central del ELN como un indicador positivo en las negociaciones de paz entre el ELN y el gobierno colombiano, que se han mantenido en etapas preliminares desde junio de 2014. Sin embargo, el reciente ataque podría dilatar más el progreso de los diálogos, que se han movido muy lentamente. Luego de la emboscada, el presidente Juan Manuel Santos prometió intensificar los operativos militares contra el grupo insurgente, y señaló que las tácticas agresivas no ayudarán al ELN en las negociaciones.
"Si el ELN cree que estos actos les darán espacio político o los pondrán en mejor posición en una eventual negociación, están muy equivocados", precisó Santos.
Fuentes cercanas al palacio presidencia también dijeron a InSight Crime que aún hay obstáculos de peso por salvar antes de que el ELN y el gobierno inicien negciaciones formales.