El arresto de exjefe de policía en Honduras es una señal de los esfuerzos del país por enfrentar la corrupción y desarrollar las capacidades de la policía, en medio de indicios de que la situación general de seguridad puede estar mejorando.
El excomisionado de policía Jorge Alberto Barralaga fue arrestado el 30 de julio junto con otras tres personas durante la Operación Perseo, según anunciaron los fiscales hondureños en un boletín de prensa. Otros tres sospechosos están prófugos.
La investigación, dirigida por la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) y una unidad especial encargada de juzgar a agentes de policía dados de baja de la institución, reveló evidencia de que los cuatro sospechosos y tres fugitivos pueden haber participado en lavado de dinero. Específicamente, los fiscales citaron el movimiento sospechoso hasta de 1.900 millones de lempiras hondureñas (más de US$80 millones) entre cuentas bancarias en los últimos meses.
Barralaga había sido investigado en el pasado por la oficina de asuntos internos de la policía como sospechoso de haber recibido sobornos y encubierto actividades criminales de sus subordinados, según La Prensa. Fue declarado cesante en 2011 luego de permitir la huida de cuatro agentes de policía acusados del homicidio de dos personas, según La Tribuna.
Entre los otros tres sospechosos arrestados se encontraba Montse Paola Fraga, esposa de Wilter Blanco Ruiz, presunto líder del Cartel del Atlántico, quien se encuentra actualmente en custodia de Estados Unidos. La investigación de Honduras halló evidencia de nexos de Montse Fraga con el excomisionado de policía, según La Prensa.
Entretanto, dos días antes de la Operación Perseo, las autoridades anunciaron que la tasa de homicidios en los primeros siete meses de este año había caído en más de 8 por ciento en comparación con el año anterior. Los funcionarios proyectaron que la tasa de homicidios de este año caerá a 45 por cada 100.000 ciudadanos, por debajo de los 60 por 100.000 registrados el año anterior, informó La Prensa.
Análisis de InSight Crime
A pesar de la reducción en las tasas de homicidios, Honduras enfrenta problemas de seguridad importantes, como lo evidencia el hecho de que incluso la reducción proyectada en la tasa de homicidios seguiría dejando a Honduras muy por encima del promedio regional de cerca de 23 por 100.000. Pero las recientes capturas de Barralaga y sus presuntos cómplices son otra indicación del compromiso de las autoridades de combatir la criminalidad en las altas esferas de las instituciones de policía y justicia.
La operación Perseo se dio en el contexto de una "purga" que se adelanta en la policía, dirigida por la comisión creada en abril de 2016 para erradicar de raíz la corrupción en la fuerza pública. El proceso ha estado lleno de obstáculos y contratiempos, pero al comenzar su trabajo por los escalones superiores de la fuerza, puede afirmarse que ha llegado más lejos que sus predecesores. La investidura de la comisión se renovó a comienzos de este año hasta enero de 2018.
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Aún es demasiado prematuro para predecir el impacto que ha tenido la purga de la policía. Pero combinada con otros esfuerzos sostenidos de lucha contra el crimen organizado, la iniciativa puede estar contribuyendo a lo que parece una tendencia de reducción de la inseguridad. No hay duda de que las autoridades hondureñas han desmontado varios grupos criminales importantes en los últimos años, y recientemente han comenzado a fijarse más agresivamente los bienes financieros de los grupos del crimen, una estrategia que según los expertos es clave para desbaratar las redes criminales. Aunque persisten las preocupaciones sobre la solidez del sistema judicial de Honduras, estos esfuerzos muestran los posibles beneficios de mejorar la capacidad de la policía para investigar delitos y capturar a sospechosos claves.