Las autoridades de El Salvador han revelado nuevos detalles sobre el surgimiento de un capo de la droga acusado de transportar 10 toneladas de cocaína a Estados Unidos, en un caso que destaca el creciente papel de los traficantes que trabajan como "agentes libres" en el hampa de Centroamérica.
Según la confesión presentada por un cómplice, Jorge Ernesto Ulloa Sibrián, alias "Repollo", comenzó su carrera importando frutas y verduras de Honduras a El Salvador, pero pronto comenzó a contrabandear marihuana de Guatemala.
La Prensa Gráfica informó que en 1997, la fuente, identificada únicamente como Horacio, acompañó a Ulloa en un viaje a Honduras, donde fracasaron en sus intentos de comprar cocaína. Sin embargo se reunieron con varios traficantes de alto nivel, incluyendo a contactos locales del Cartel de Sinaloa de México. La relación pronto dio sus frutos, según la confesión, cuando al año siguiente, Horacio y Ulloa llevaron consigo 12 kilos de cocaína a El Salvador en dos viajes de contrabando diferentes.
Cuando los contactos del Cartel de Sinaloa en Honduras no tenían drogas, aparentemente Ulloa recurrió a Thomas Altamirano, un nicaragüense llamado “Juan Dewel” por La Prensa Gráfica, identificado en otras fuentes como "Dewey". El periódico informó que Thomas Altamirano tenía vínculos con el caso descubierto en 2010 de una red en Nicaragua que transportaba cocaína en helicóptero, en el que dos de sus hermanos fueron capturados.
Ulloa fue arrestado en Guatemala el año pasado, acusado de haber movido más de 10 toneladas de cocaína a Estados Unidos entre 2005 y 2012.
Análisis de InSight Crime
A pesar de sus humildes inicios, la operación de Ulloa se transformó rápidamente en una gran red que se extendía desde Colombia hasta Estados Unidos, a través de México y de toda Centroamérica.
Tras su arresto en Guatemala, el ministro de Justicia y Seguridad Pública de El Salvador dijo que Ulloa tenía fuertes conexiones con el Cartel de Texis de El Salvador, una organización criminal narcotraficante clave, y con conexiones políticas y empresariales de alto nivel. Más tarde se reveló que un testigo en el caso de Ulloa había identificado al congresista salvadoreño Wilver Alexander Rivera Monge como uno de los miembros clave de la organización.
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Aparentemente Ulloa recibió cargamentos de cocaína desde Colombia, que su red contrabandeaba por tierra a Panamá, Costa Rica y Nicaragua. De allí pasó a manos de varios grupos criminales, incluyendo a los "Alvaritos" en Nicaragua y a los contactos del Cartel de Sinaloa en Honduras, los proveedores originales.
La historia de Ulloa es muestra de cómo los "transportistas" centroamericanos, que mueven drogas entre Suramérica y México, se han convertido en un componente esencial del tráfico de drogas, operando como agentes libres sin afiliaciones, contrabandean drogas a través de las fronteras para múltiples grupos y carteles. Se tiene que recordar que muchos de los poderosos carteles mexicanos comenzaron siendo transportadores para los colombianos.