Una protesta de campesinos en Colombia contra la erradicación de los cultivos de coca por parte del gobierno dejó a varios civiles muertos y heridos. Pero las contradicciones en las versiones de los hechos han dificultado determinar si debe responsabilizarse del sangriento hecho a las autoridades colombianas o a disidentes de las FARC.
Por lo menos nueve civiles resultaron muertos y otros 18 heridos el 5 de octubre durante una protesta contra la erradicación forzada de cultivos de coca que adelanta el gobierno en el municipio de Tumaco, según información de El Espectador. Tumaco se encuentra en el departamento de Nariño, que InSight Crime ha descrito como "el punto cero" del tráfico de cocaína.
Según un comunicado anterior del Ministerio de Defensa de Colombia, divulgado cuando la cifra de muertos iba en cuatro, disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), de la columna móvil Daniel Aldana, usaron explosivos y armas de fuego para atacar a los civiles al igual que a los efectivos de la policía y del ejército enviados para la erradicación manual de las plantas de coca.
Se abrió una investigación oficial para aclarar el hecho, pero hasta el momento las autoridades acusan a un jefe disidente de las FARC conocido con el alias de "Guacho" de haber dirigido el ataque. La declaración del ejército también menciona que Guacho y sus hombres obligan a las poblaciones locales a protestar contra las iniciativas de erradicación del gobierno.
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Según el Consejo Comunitario del Pueblo Negro Alto Mira y Frontera, las comunidades rurales locales han padecido la mayor presión de los grupos armados que buscan usar a los civiles como "escudos humanos" contra las actividades de erradicación del gobierno.
Al mismo tiempo, otros grupos locales de la sociedad civil han cuestionado la versión oficial de los hechos, alegando que las fuerzas de seguridad dispararon de manera indiscriminada contra los manifestantes inermes sin que mediara provocación. Grabaciones en audio de presuntos testigos describen cómo los agricultores se reunieron con agentes de la policía y el ejército para negociar antes del operativo de erradicación planeado, cuando las fuerzas de seguridad abrieron fuego.
Análisis de InSight Crime
La desproporción en el número de víctimas ha levantado sospechas de fuerza excesiva por parte de las fuerzas de seguridad, especialmente porque no se registró ningún policía o militar muerto o herido en lo que se presentó como un ataque sorpresivo por parte de guerrilleros experimentados con armas letales. Además, parecería ilógico que disidentes de las FARC mataran a cultivadores de coca presuntamente enviados a protestar contra la erradicación de cultivos de coca de los cuales supuestamente obtienen importantes ingresos.
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Aunque la secuencia precisa de los eventos en Tumaco sigue sin aclararse, el episodio parece ser resultado del escalamiento de las tensiones luego de meses de protestas y enfrentamientos entre cocaleros y fuerzas del gobierno que efectúan la erradicación forzosa. Aunque los representantes del gobierno sostienen que estas protestas son dirigidas por grupos armados organizados, algunos observadores han denunciado que los agricultores que acordaron la sustitución voluntaria de coca por cultivos lícitos han visto cómo se destruyen sus campos sin que haya compensación o apoyo del gobierno, lo que los deja sin su principal fuente de ingreso.
Las protestas contra la erradicación han cobrado vidas en el pasado. Pero estas bajas de civiles en Tumaco son las más numerosas que se presentan en hechos de este tipo, y podrían indicar que el gobierno colombiano —sometido a fuerte presión de Estados Unidos— puede estar recurriendo a medidas más duras en su esfuerzo por alcanzar la meta de erradicación de las 100.000 hectáreas de coca para finales de este año.