El nivel récord de homicidios en Santa Fe, Argentina, ha causado una reorganización en el comando de seguridad local y una prohibición en la venta de armas, en medio de las crecientes preocupaciones por la inseguridad en esta ciudad noreste, ubicada junto a la ruta principal para el tráfico de cocaína del país.
El 18 de octubre, el número de homicidios en el área metropolitana de Santa Fe llegó a 119 en lo que va del año, con el asesinato de un joven de 19 años. Esta cifra ha superado el anterior récord de 116 muertes violentas en 2007, informó La Nación.
En medio de la crisis de seguridad de la ciudad, el vice ministro de Seguridad ha renunciado y ha sido reemplazado con el ex comandante de Gendarmería Gerardo Chaumont, informó La Nación. Chaumont tiene experiencia entrenando a la policía en zonas de guerra y se espera que enfatice en mejorar las operaciones de la policía en Santa Fe.
El intendente de la ciudad, José Corral, también ha prohibido temporalmente la venta de armas de fuego y municiones, según la página de noticias en Internet Ámbito.
Además de los 119 homicidios, en la ciudad de Santa Fe 1.200 personas resultaron heridas en ataques, 760 de estos perpetrados con armas de fuego, informó El Litoral.
Análisis de InSight Crime
Esta ola de homicidios en Santa Fe sigue una tendencia similar a la vista en la vecina ciudad de Rosario, donde los homicidios alcanzaron niveles récord en 2013 mientras las pandillas se enfrentaban por el control de los mercados locales de droga. Santa Fe podría estar sufriendo un desbordamiento de la violencia, dado que desde mayo de 2014 los remanentes de Los Monos –pandilla que en su mayoría fue desmantelada en Rosario- habrían empezando a expandir sus operaciones hacia esta ciudad.
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Santa Fe está ubicada justo al oriente de la Ruta 34, la carretera principal para el tráfico de cocaína desde Bolivia hacia Argentina, que luego termina en Rosario. Su geografía probablemente la hace vulnerable a muchas de las mismas influencias que han afectado a Rosario.
Mientras el estatus de Argentina como nación de tránsito de drogas ha crecido, y la presencia de carteles extranjeros se ha profundizado, las pandillas narcotraficantes locales se han fortalecido por el creciente mercado local de drogas. Algunas de estas pandillas –como Los Monos- han empezado a mostrar señales de sofisticación, operando con redes de sicarios y amenazando oficiales. Un miembro de Los Monos incluso intentó empezar a producir su propia cocaína.