En medio de la pandemia del coronavirus, los grupos armados irregulares en Colombia han incrementado el reclutamiento de jóvenes, quienes se encuentran hoy aún más vulnerables por el cierre indefinido de los establecimientos educativos.
A mediados de junio, la Procuraduría General de la Nación denunció ante la Fiscalía el reclutamiento de menores de edad en todo el país, por una variedad de grupos criminales, entre los que se cuentan las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (conocidas como Ex-FARC Mafia), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y otros ocho grupos armados.
La alerta sigue al rescate de cinco menores que habían sido reclutados por el ELN en la zona rural de El Bagre, norte del departamento de Antioquia, en el mes de mayo.
Más adelante, en junio, dos niñas indígenas, de 12 y 14 años, eran acosadas por un grupo criminal en el departamento de Amazonas, sur del país, según informaciones de Caracol Radio. El ejército intervino luego de que sus familiares denunciaran que las niñas venían recibiendo amenazas y presiones para que se unieran al grupo.
Desde comienzos de 2020, las autoridades han rescatado a 12 menores en la región del Amazonas colombiano, donde hay asentamientos de docenas de grupos indígenas.
VEA TAMBIÉN: Denuncian reclutamiento de niños a orillas de la capital de Colombia
Según la Coalición contra la vinculación de niñas, niños y jóvenes al conflicto armado en Colombia (Coalico), organización no gubernamental con sede en Bogotá, entre enero y abril se registraron 128 casos de reclutamiento infantil, más del doble de los casos registrados a lo largo de todo 2019.
En abril se contabilizaron más de 30 casos de reclutamiento de menores, en un periodo en que el país se encontraba en confinamiento casi total con el ánimo de detener la propagación del coronavirus.
Análisis de InSight Crime
La pandemia del coronavirus ha hecho visible la enorme vulnerabilidad de niños y niñas de bajos recursos que habitan en regiones remotas de Colombia, quienes son codiciados por grupos armados con densos historiales de abuso de menores.
De acuerdo con Julia Castellanos, investigadora de la Coalico, el confinamiento por el coronavirus “se convierte también en una oportunidad para que los actores armados puedan utilizar este escenario para engañar [...] a los niños y las niñas o para amenazar a sus padres [...] y [hacerlos] ingresar al grupo”.
Aunque sirva al propósito de detener la propagación del Covid-19, el cierre de establecimientos educativos en Colombia ha interrumpido completamente la educación de menores en zonas rurales, donde menos del 10% tienen acceso a un computador o tableta para recibir clases virtuales.
La pandemia también ha dejado a muchas familias rurales pobres sin ninguna fuente de ingreso. Algunos pasan hambre y al parecer los grupos armados ofrecen alimentos a las familias a cambio de los servicios de sus hijos.
VEA TAMBIÉN: Implicaciones del coronavirus para la gobernanza criminal de América Latina
Los menores desescolarizados son susceptibles a ofertas de armas, dinero o incluso drogas para inducirlos a unirse a los grupos armados. En la popular aplicación de mensajería Whatsapp, han circulado invitaciones a fiestas que son esfuerzos de reclutamiento clandestino.
Grupos criminales, como el ELN, también han usado el confinamiento por la pandemia para recoger información detallada sobre niños y adolescentes que viven en zonas bajo el control del grupo para amenazar posteriormente a las familias, como lo denunció en La FM la fiscal Carmen Maritza González.
Los esfuerzos por combatir el reclutamiento de menores se ha dificultado aún más, ahora que las organizaciones que estaban encargadas de recoger esas denuncias y ponerlas en conocimiento de las autoridades ven imposibilitado su desplazamiento a zonas remotas deido al confinamiento.