Un importante fiscal antinarcóticos de Paraguay declaró que los débiles controles de las autoridades aeronáuticas han entorpecido la lucha del país para detener el narcotráfico aéreo, una posible insinuación sobre la histórica corrupción entre los reguladores de la aviación, que además ha promovido problemas similares en otros lugares de Latinoamérica.
El fiscal antinarcóticos paraguayo, Marcelo Pecci, afirmó el 31 de mayo que el aeropuerto de la ciudad de Pedro Juan Caballero, en el departamento de Amambay, cerca de la frontera con Brasil, se ha convertido en un "epicentro" del crimen organizado, informó ABC Color.
"No existen normas administrativas, que debería dictar la DINAC, para ejercer estos controles", se pronunció Pecci, en referencia a la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (DINAC)
El fiscal insistió en que los grupos del crimen "siguen y seguirán operando en estas condiciones, en este aeropuerto puntualmente, y en cualquier otro del país afectado por esta seria debilidad que en materia de aeronáutica civil no debería existir".
Los comentarios del funcionario se conocen días después del desmantelamiento de lo que las autoridades calificaron como la mayor estructura de narcotráfico aéreo en Paraguay, operada por el grupo criminal más grande de Brasil, el Primer Comando Capital (PCC).
A comienzos de esta semana se descubrió más de media tonelada de cocaína boliviana en una pista de aterrizaje ilegal en el departamento de Amambay, a menos de dos kilómetros de la frontera con Brasil. Dos pilotos fueron arrestados y un avión decomisado en el aeropuerto de Pedro Juan Caballero, informó un comunicado de prensa.
Análisis de InSight Crime
Aunque Pecci no se refirió de manera específica a la corrupción en la DINAC, sus comentarios podrían hacer referencia a hechos anteriores en los que el organismo de aviación ha cooperado con elementos criminales.
En julio de 2015, las autoridades desarticularon una extensa red de corrupción en la que había implicados dueños de empresas privadas y agentes de la DINAC y la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD). Según el Monitoreo de Asistencia para la Seguridad, los "funcionarios habrían conspirado con criminales para llevar aeronaves viejas de Estados Unidos al país y 'blanquearlas' (registrarlas con fines falsos) y usarlas para el narcotráfico".
En el centro de esa investigación estuvo el aeropuerto de Pedro Juan Caballero, del que el Monitoreo de Asistencia para la Seguridad escribió "parece haberse usado para poco más que docenas, quizás cientos, de vuelos ilícitos por Suramérica cada mes".
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La corrupción en instituciones encargadas de supervisar la seguridad aeronáutica ha contribuido a la proliferación del narcotráfico aéreo en otros países de Latinoamérica, en particular en Venezuela, donde repetidos decomisos de cocaína de varias toneladas en vuelos tanto civiles como militares han puesto en evidencia lo arraigado de la corrupción en el ejército venezolano, responsable de la seguridad aeroportuaria.
Erradicar la corrupción en la DINAC y otros organismos con funciones antinarcóticos ha demostrado ser una batalla cuesta arriba, en parte debido a la rentabilidad del negocio de la droga, pero también por los nexos que mantienen poderosas élites económicas y políticas con grupos narcotraficantes, lo que les da pocos incentivos para participar en esfuerzos por mejorar los controles antidrogas.