Una reunión entre funcionarios de alto nivel de Costa Rica y Nicaragua pretende aumentar la cooperación contra el crimen organizado, un reconocimiento a las amenazas de seguridad que las organizaciones criminales representan para ambos países.
La Cumbre tuvo lugar el 24 de febrero en Liberia, Costa Rica y asistieron el Canciller de Nicaragua y su embajador en Costa Rica, así como el ministro y vice ministro de Seguridad Pública costaricenses, según un comunicado de prensa del gobierno de este país.
Los funcionarios acordaron aumentar el intercambio de información y coordinación bilateral para combatir mejor el tráfico de drogas y seres humanos, así como el contrabando y otras actividades ilegales.
Específicamente, los países dijeron que mejorará la cooperación en las regiones de Peñas Blancas y Tablillas en Costa Rica, que son el hogar de los dos puntos de cruce de frontera oficial.
Con respecto a las actividades marítimas, Costa Rica y Nicaragua –ambos con salida a la costa pacífica y atlántica– establecieron como objetivo desarrollar inteligencia para compartir mecanismos de intercepción de buques cargados con drogas y barcos de pesca ilegal.
La Cumbre bilateral fue la continuación de una reunión en julio de 2016, y los dos países planean reunirse otra vez en octubre de 2017.
Análisis de InSight Crime
Costa Rica y Nicaragua han disfrutado de niveles mucho más bajos de violencia que México y los países del Triángulo Norte, El Salvador, Guatemala y Honduras. Pero eso no quiere decir que los dos países estén exentos de problemas de seguridad relacionados con el crimen organizado.
En ambas costas, Pacífico y Caribe, los países han sido explotados por organizaciones criminales que envían drogas hacia Estados Unidos. La región fronteriza de Peñas Blancas –que los dos países destacaron como una prioridad durante la reciente reunión– se sienta a lo largo de la carretera Panamericana y fue hasta el 2015 el único cruce oficial entre Costa Rica y Nicaragua. Esto ha convertido a la zona en una vía principal para los envíos de droga contrabandeada a través del istmo.
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El encuentro bilateral también podría ser un intento de contener la creciente violencia de Costa Rica y las actividades del crimen organizado dentro de sus fronteras. En febrero, funcionarios costarricenses dijeron que carteles mexicanos estaban entrenando pandillas locales. Esto, junto con el desmantelamiento de una red de tráfico de drogas interno ligada a cártel de Sinaloa de México en noviembre de 2016, sugiere que grupos criminales de Costa Rica están tomando una mayor participación en el comercio internacional de drogas.