Los ataques contra las unidades policiales en las "pacificadas" favelas de Río de Janeiro han aumentado a pesar de lo que parecían ser varios esfuerzos coordinados, representando una de las principales preocupaciones para los preparativos para la Copa Mundial de Brasil en junio.
Veja informó que 25 miembros de la Unidad de Policía Pacificadora (UPP) han recibido disparos en lo que va del año, en comparación con un total de 24 en todo el 2013. Cuatro han muerto, en comparación con tres el año pasado, mientras que en 2012, cinco policías murieron y otras nueve personas resultaron heridas.
El último ataque (Vea el mapa de Floha abajo) ocurrió el 30 de abril en Complexo do Alemão, al norte de Río, donde cuatro policías militares fueron fusilados, tres de ellos miembros del Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE), informó Folha.
"Nuestros policías están siendo atacados de manera cobarde. Estamos siendo víctimas del sabotaje", dijo el secretario de Seguridad, José Mariano Beltrame.
El 21 de abril, la policía arrestó a dos hombres presuntamente responsables de haber coordinado los ataques contra la UPP en varias favelas, así como ataques a autobuses y coches durante las protestas. Uno de los sospechosos formaba parte de un grupo criminal acusado de organizar ataques contra la UPP, informó Terra.
Frente a esta creciente inseguridad, el gobernador del estado de Río, Luiz Fernando Pezão, se comprometió en implementar medidas de emergencia para fortalecer el programa de pacificación, incorporando más seguridad y creando una oficina para la defensoría, donde la gente podrá reportar transgresiones por parte de la policía militar, informó Estadao.
Análisis de InSight Crime
Desde hace algún tiempo ha habido señales de que el programa de pacificación de Río de Janeiro, aclamado a nivel internacional, –que implica la entrada de la policía militar a favelas, la eliminación de la actividad criminal, y la instalación de una unidad de UPP- está en problemas. Grupos como el Comando Vermelho han aparentemente regresado a algunas de las zonas pacificadas. Una base de la UPP fue directamente atacada en febrero, mientras que los ataques a la UPP en marzo provocaron que el gobierno enviara fuerzas federales a uno de los mayores tugurios de la ciudad en un intento de restablecer la seguridad.
El problema es especialmente grave para el gobierno en el período previo a la Copa Mundial, todos los ojos están puestos en el país. Las pandillas saben esto, y es bastante plausible que los ataques, aparentemente coordinados, sean realmente un intento de "sabotear" el evento. El año pasado, la poderosa pandilla carcelaria de São Paulo, Primer Comando Capital (PCC) amenazó con una "Copa Mundial de terror", en represalia a las acciones policiales en su contra.
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Los crecientes ataques son también una indicación de las deficiencias del programa de pacificación de Río de Janeiro, el cual, a pesar de sus éxitos en la reducción de los niveles de homicidio, ha sido criticado por no abordar problemas socioeconómicos más amplios, y por no haber logrado producir resultados sostenibles. Miembros de la UPP también han sido acusados ??de abusos.