Los guerrilleros del segundo mayor grupo guerrillero de Colombia casi han duplicado la tasa de desmovilizaciones respecto a 2015, lo que refuerza los temores de que el secretariado de esa guerrilla sea incapaz de controlar sus tropas, un factor que podría entorpecer los intentos de llegar a una paz negociada con el gobierno.
El Ejército colombiano registró un aumento de 92 por ciento en el número de guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que se han desmovilizado o entregado en 2016, según un informe oficial al que tuvo acceso RCN Radio. Ese total pasó de 119 en 2015 a 229 en 2016, lo que contradice la tendencia a la baja en el número global de desmovilizaciones en Colombia durante la última década.
El número de combatientes del ELN muertos en combate también subió 54 por ciento, de 424 en 2015 a 653 este año, mientras que el número de capturados aumentó 48 por ciento, de 256 a 380 en lo que va corrido de 2016. También este año, el Ejército colombiano registró un 45 por ciento más de ataques frustrados a infraestructura, como oleoductos y carreteras, y decomisó 112 por ciento más de artefactos explosivos.
Las estadísticas mostraron una reducción de 24 por ciento en el número de militares muertos en 2016, con 24.
Análisis de InSight Crime
El aumento de las desmovilizaciones ofrece más evidencia de la fragmentación y la falta de disciplina en las filas del ELN, mientras el grupo lucha por unir sus fuerzas bajo una negociación de paz con el gobierno colombiano.
El inicio oficial de los diálogos con el ELN se fijó para octubre de 2016, pero estos se vieron arruinados cuando el ELN no liberó a un rehén, el excongresista Odín Sánchez. Desde el episodio, el gobierno ha aplazado cualquier discusión relativa a los diálogos con el ELN hasta enero de 2017, aduciendo la solicitud del "ELN de realizar una consulta interna", en la que según la opinión de algunos se abordará el tema de Sánchez.
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Los contradictorios mensajes del ELN sobre la situación de su distinguido rehén han develado profundas fisuras dentro de la organización, e indica que el alto mando no tiene control de sus tropas. Se dice que el Frente Resistencia Cimarrón, del departamento del Chocó, responsable del cautiverio de Sánchez, está en desacuerdo con el Comando Central (COCE) Y podría constituir una facción disidente. En octubre de este año, 24 miembros de la Resistencia Cimarrón, incluyendo al segundo al mando, se desmovilizaron del frente en forma colectiva.
Los temores sobre la falta de unidad del ELN se han exacerbado por la continua beligerancia de las facciones del ELN pese a los intentos por trabajar por la paz. Muchos de los ataques se han presentado en la frontera venezolana, incluyendo el departamento de Arauca, donde opera la unidad más rica y poderosa del ELN, el frente de guerra oriental. Este bloque está bajo el mando de un actor impredecible entre los jefes del ELN: Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía, alias "Pablito", quien puede ser otro elemento desestabilizador de las iniciativas de paz si no adopta una actitud favorable al proceso.
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Otra preocupación es que las divisiones dentro del ELN puedan beneficiar a disidentes de la guerrilla de las FARC, que acaban de finalizar un acuerdo de paz con el gobierno colombiano y esperan las garantías judiciales antes de desmovilizarse. Pero hasta la mitad de los insurgentes puede salirse del proceso y mientras este se dilata, ya están apareciendo noticias de deserciones de combatientes de la guerrilla en todo el país. Algunos de ellos podrían optar por unirse a unidades del ELN, algo que ya está presentándose en ciertas zonas, fortaleciendo así el poderío militar del ELN y las economías criminales en el proceso.