Los extranjeros están llegando a Bolivia para cultivar coca, según un ministro del gobierno, un patrón que podría estar vinculado a los exitosos esfuerzos de erradicación en los países vecinos y a la presencia del crimen organizado transacional en esta nación Andina.
Según el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, peruanos, colombianos y venezolanos están implicados en la producción de coca en la comunidad de San Fermín, al noroeste -que se encuentra en la frontera con Perú, informó La Razón.
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Cáceres dijo que la comunidad sería el blanco de los esfuerzos de erradicación de este año, aunque esto es muy difícil de alcanzar ya que se encuentra a aproximadamente 95 kilómetros (60 millas) -o un viaje de cinco días a pie a través de la inhóspita selva- desde el mayor asentamiento más cercano, Apolo, informó EFE.
Según La Razón, en octubre de 2013, los residentes de Apolo reportaron la presencia de cientos operaciones de cultivo de coca y de producción de drogas en San Fermín.
Cáceres dijo que tenía la esperanza de que el Ministerio de Defensa proporcionaría este año dos helicópteros Super Puma, que ya habían sido prometidos, para ayudar en los esfuerzos de interdicción del país, facilitando el acceso a las comunidades como la de San Fermín, informó La Razón.
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Análisis de InSight Crime
La erradicación de la coca ha sido muy controversial en Bolivia, con enfrentamientos violentos el año pasado entre los cocaleros y las fuerzas gubernamentales, intentando imponer un límite del cultivo de coca legal. En mayo de 2013, Cáceres vinculó la violencia en la región de Apolo con narcotraficantes peruanos. Y estos últimos hallazgos apuntan a algo más siniestro que a pequeños agricultores que están simplemente tratando de buscar cómo ganarse la vida.
En octubre de 2013, los criminales peruanos estuvieron vinculados con el asesinato de un oficial de la policía y un soldado de la misma zona -los primeros asesinatos de funcionarios dedicados a la erradicación de coca registrados en Bolivia. Y se ha observado regularmente, en los últimos años, la presencia de operaciones de producción de drogas en las comunidades fronterizas, con la destrucción de un pueblo entero dedicado a la producción de cocaína, cerca de la frontera con Chile en septiembre de 2013. A mediados de 2012, más de 90 laboratorios de cocaína fueron destruidos en el este de Bolivia, cerca de la frontera con Brasil.
La violencia contra las fuerzas de seguridad, junto con el elevado número de laboratorios destruidos, sugieren que puede haber grupos más grandes detrás de algunas de estas migraciones. Los grupos criminales en Colombia, por ejemplo, han reubicado a comunidades enteras dedicadas al cultivo de la coca.
El hecho de que las comunidades fronterizas como San Fermín sean de difícil acceso para las autoridades bolivianas también pudo haber ayudado a atraer la atención de los cocaleros peruanos, sobre todo frente a las agresivas operaciones de interdicción en Perú que están listas para aumentar aún más este año.