La incautación de cerca de tonelada y media de cocaína de insurgentes del ELN en el departamento colombiano de Chocó es la señal más reciente de que el grupo está en expansión mediante la absorción de territorio y disidentes de la guerrilla de las FARC, en proceso de desmovilización.
El ejército de Colombia descubrió el considerable cargamento de cocaína el 19 de marzo a lo largo de la costa Pacífica en el municipio de Juradó, departamento de Chocó, cerca de la frontera con Panamá, informó EFE. El cargamento, que presuntamente pertenecía al segundo mayor grupo guerrillero de Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), parecía dirigido a Centroamérica.
Entretanto, un informe publicado el 13 de marzo por la fundación colombiana Ideas para la Paz alertaba sobre la expansión del ELN en por lo menos cinco departamentos, con la toma de las operaciones ilegales antes controladas por el grupo guerrillero en desmovilización Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el mayor movimiento guerrillero del país. Chocó se cuenta entre estas áreas, junto con los departamentos de Nariño, la región de Bajo Cauca en el departamento de Antioquia, la subregión del Catatumbo en el departamento de Norte de Santander, y el departamento del Cauca.
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Además, en el municipio de Toribío, en Cauca, se dice que disidentes de las FARC pueden haberse unido al ELN, según testimonios locales de los que dio cuenta el País, de Colombia. Los informes parecen confirmar alertas anteriores de que el proceso de paz con las FARC pudiera tener un impacto en las actividades del ELN en ciertos lugares del país.
Análisis de InSight Crime
Las autoridades colombianas ya habían decomisado un cargamento récord, de cuatro toneladas de cocaína, al ELN en enero de 2017, en el departamento de Nariño, lo que respaldó la idea de que el grupo guerrillero estaba asumiendo el control de los territorios que estaban bajo control de las FARC en esa zona. El decomiso más reciente, cerca de la frontera con Panamá, podría indicar una réplica de esta tendencia en Chocó —otro departamento clave, por su línea costera sobre el Pacífico y la cercanía con Panamá— en un momento en que se cree que Colombia está produciendo más cocaína que nunca antes.
Además del decomiso de enero en Nariño, el puerto de Tumaco, punto de transbordo clave en ese departamento, ha padecido un reciente brote de violencia, con la lucha entre grupos criminales, incluido el ELN, por el control del puerto. Las investigaciones de campo de InSight Crime han revelado evidencia de que el ELN se ha tomado gran parte del sistema de "vacunas" a la producción de drogas en Nariño, el departamento con los más altos volúmenes de cultivos de coca en Colombia.
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Este último decomiso no solo se añade a la evidencia de la expansión del ELN en Chocó, sino que el reportaje de El País de que los disidentes de las FARC que ingresaron al grupo insurgente podría implicar un penoso traslado de algo más que solo territorio entre los dos movimientos guerrilleros. El ELN también puede estar recibiendo el vasto conocimiento operativo de las FARC sobre una gama de actividades criminales, construidas a lo largo de décadas de manejo del negocio de la droga.
Como ya lo había señalado InSight Crime, esta evolución puede acarrear consecuencias importantes para los incipientes diálogos de paz del gobierno de Colombia con el ELN. Las considerables ganancias ilegales que pueden obtenerse en el negocio de la droga se suman a las dudas sobre la capacidad de liderazgo del ELN para garantizar que sus miembros rasos se adhieran a un eventual acuerdo de paz.