Las autoridades en Honduras arrestaron a cuatro colombianos acusados de intentar traficar más de 100 kilogramos de cocaína a Estados Unidos a través de una región remota en la costa oriental del país, lo que destaca el creciente rol de la nación en la ruta de la cocaína.
Agentes de la Agencia Técnica de Investigación Criminal de Honduras (ATIC), incautaron 110 kilogramos de cocaína y arrestaron a cuatro ciudadanos colombianos durante una operación antidrogas en el departamento de Gracias a Dios, según un comunicado de prensa de la Procuraduría General publicado el 6 de abril.
Los cuatro hombres, identificados como Francisco Antonio Fuentes Arce, Clayton Humphries Brand, Will Hooker Rivera y Darwin Forbest Pacheco, huyeron en una lancha a motor y fueron perseguidos por miembros de la Armada de Honduras hasta que encallaron en un arrecife.
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Los extranjeros pertenecían a una estructura criminal transnacional dedicada al tráfico ilícito y el cargamento iba dirigido a una organización delictiva en Honduras.
La región de La Mosquitia en Honduras corre a lo largo de la costa del Caribe y ha sido una zona estratégica para el tráfico de drogas, tanto por medio de aviones como de lanchas debido a que es un pasaje para traficar cocaína de Suramérica destinada a Estados Unidos.
Análisis de InSight Crime
La zona remota de La Mosquitia ha sido utilizada durante mucho tiempo por traficantes para el envío de drogas, pero el papel de la nación centroamericana en el tráfico de estupefacientes ha ido creciendo como consecuencias del aumento de la producción de cocaína en Colombia.
Mientras que los narcotraficantes de Suramérica han explotado la ruta de tráfico del Caribe durante años, el corredor de cocaína de Centroamérica se ha revitalizado en los últimos años. Como resultado, países como Guatemala, Honduras, Costa Rica y Panamá están expandiendo su papel en el comercio internacional de drogas.
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Estos roles cada vez más importantes también han generado un aumento de la corrupción de las fuerzas de seguridad y los funcionarios del gobierno.
En Costa Rica, por ejemplo, las fuerzas de seguridad han estado implicadas en la gestión de sus propias redes de tráfico de drogas. En Panamá, los grupos de narcotraficantes dependen de trabajadores portuarios corruptos para brindar seguridad a los envíos de drogas y ocultarlos en mercancías legales.