El decomiso de varias toneladas de cobre robado cerca de Santiago de Chile, destinadas a viajar ilegalmente a China, indica que los robos cada vez más abiertos pueden estar motivados por la sed de la potencia asiática por el mineral.

Durante un operativo realizado el 13 de enero, las autoridades chilenas decomisaron más de 50 toneladas de cables de cobre a una empresa en Lampa, al norte de Santiago, cuyo valor se estimó en US$250 millones, según anunció la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) en Twitter.

El cargamento de cobre de contrabando se introduciría ilegalmente a China, como lo demuestra la documentación falsa hallada durante la redada, según declaraciones de Jorge Sánchez, detective de la PDI, en la prensa local.

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Este es tan solo uno más del creciente número de robos de cobre en todo Chile, el mayor productor mundial de este metal.

En octubre, la policía recuperó más de 10 toneladas de cobre robado, con un valor estimado de US$55 millones, cerca de Antofagasta, norte de Chile, según un anuncio de la fiscalía local.

También se conocieron varios ataques a trenes que transportan cobre extraído de minas remotas en los Andes chilenos o el desierto de Atacama. En 2015, solo se reportó un ataque a un tren de cobre, pero en 2018 los ataques se dispararon a 46, según declaraciones de la firma ferroviaria Grupo FCAB a Bloomberg.

En febrero de 2019, Chile creó una unidad especial de policía para enfrentar el robo de cobre. “Ellos [los grupos criminales] pueden atacar un tren en cualquier lugar simplemente poniendo obstáculos en las vías. Se suben, cortan los soportes que sostienen los cátodos y los cargan en camiones adaptados especialmente para el peso”, explicó a Bloomberg el director de la unidad, Luis Millapán. “Usan radios de alta frecuencia y vestimenta especial para soportar las temperaturas heladas del desierto y conocen la zona como la palma de su mano”.

Análisis de InSight Crime

El descubrimiento de un cargamento de contrabando que iba para China puede aportar la pieza que falta para completar el rompecabezas del robo de cobre en Chile. Actualmente no hay evidencia que vincule a China con otros robos de cobre en el país suramericano, pero es sabido que el gigante asiático absorbe la producción global de cobre por vías legales y también ilegales.

China es el principal socio comercial de Chile, y el cobre representó el 76 por ciento de las exportaciones chilenas a China en 2018, aunque a la fecha Perú lidera la lista de principales proveedores.

En 2015, China recibió más de US$50 millones en concentrados de cobre de Perú, que, extraído legalmente, contenía niveles de arsénico superiores a las normas chinas, según el informativo Metal Bulletin.

En 2017, China se vio envuelta en un enfrentamiento diplomático con Zambia, luego de que el país africano aprehendiera a 31 ciudadanos chinos por extracción ilegal de cobre, informó Reuters. Ese fue uno de varios episodios en torno a la inversión china en la industria cuprífera de Zambia, según Quartz.

Las fricciones comerciales también pueden estar contribuyendo a un aumento del cobre ilegal de Chile a China. En 2019, esas fricciones provocaron una caída de 20,7 por ciento en las exportaciones de cátodos de cobre entre ambos países, según una declaración del subsecretario de relaciones económicas internacionales de Chile, Rodrigo Yáñez, a la agencia de prensa estatal china Xinhua.

China también ha impuesto fuertes sanciones a las importaciones de chatarra de cobre, en parte para proteger su industria doméstica, y en parte para recibir solo material de cobre de alta calidad del exterior, algo que también puede estar incitando la demanda del metal de fuentes ilegales.