Las autoridades de Providencia, Rhode Island, han desmantelado cuatro burdeles residenciales en lo que va del año, arrojando luz sobre las repercusiones del lucrativo comercio sexual de Latinoamérica, el cual recibe relativamente poca atención.
La policía de la pequeña ciudad del noreste de Estados Unidos señala que mujeres de México y Guatemala son traficadas semanalmente desde la ciudad de Nueva York hacia estos burdeles residenciales, donde son prostituidas por alrededor de US$30 por acto sexual, informó el Providence Journal.
Estas redes de tráfico sexual operan dando a los clientes tarjetas de presentación falsas que los dirigen a burdeles clandestinos ubicados en apartamentos, donde las víctimas ven a un promedio de 20 a 25 clientes en el día. Debido a su pequeño tamaño, ubicación residencial, y a las redes cerradas, este tipo de burdeles dificultan el seguimiento de las autoridades, según Leah Meyer, una especialista del Polaris Project, una organización sin ánimo de lucro que lucha contra la trata de personas.
A menudo las víctimas se encuentran pagando una deuda a los traficantes, y se enfrentan a amenazas constantes de violencia y abuso. Muchas de ellas también son inmigrantes indocumentadas que temen ser denunciadas a las autoridades, dijo Meyer.
Según las estadísticas del Centro Nacional de Recursos sobre la Trata de Personas (NHTRC, por sus siglas en inglés) del Polaris Project, en Estados Unidos en conjunto, la mayoría de las víctimas de tráfico sexual proviene de México, Centroamérica y Suramérica. Entre diciembre de 2007 y septiembre de 2013, la mayor parte de las víctimas que llamaron al NHTRC, o cuyos casos fueron reportados a esta organización, eran mujeres, y una tercera parte de ellas eran menores de edad.
Análisis de InSight Crime
Los informes de redes de tráfico sexual en Providencia dan una idea de la vida al final de las rutas de tráfico sexual en Latinoamérica, y destacan algunas de las tácticas comúnmente utilizadas por los traficantes.
La historia de una migrante mexicana a quien se prometió más dinero por trabajar como prostituta que el que estaba ganando en su trabajo anterior, y que nunca vio un centavo, hace eco a las innumerables víctimas en Latinoamérica que son atraídas con falsas promesas, mientras que los traficantes a menudo utilizan crueles amenazas para obligar a sus víctimas a quedarse.
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Mientras que en el pasado este comercio era en gran medida llevado a cabo por redes más pequeñas, en los últimos años los grupos del crimen organizado han aumentado su papel en el comercio sexual, a medida que buscan diversificar sus fuentes de ingresos. Un artículo publicado en 2011 por el Washington Post pone de relieve el papel de los Zetas en esta actividad criminal, mientras que el NHTRC ha informado que algunas redes de tráfico en Estados Unidos tienen vínculos con pandillas latinoamericanas como la Mara Salvatrucha (MS13), que tiene presencia en la costa Este del país.