El propietario de un periódico veracruzano afirma que la periodista recientemente asesinada en México estaba cooperando con el crimen organizado, lo que genera grandes dudas sobre la integridad de la prensa del país y sobre los peligros a los que se ven expuestos los reporteros que informan sobre asuntos criminales en territorio de los carteles.
José Abella, propietario del periódico veracruzano El Buen Tono, sostuvo en una entrevista radiofónica que la periodista recientemente asesinada, Anabel Flores Salazar, tenía vínculos con el crimen organizado.
Flores Salazar, periodista independiente que informaba sobre temas de crimen y justicia para el periódico local El Sol de Orizaba y otros medios, fue hallada muerta a orillas de una carretera de Veracruz el 9 de febrero pasado, después de haber sido secuestrada de su casa el día anterior.
Flores Salazar había trabajado anteriormente para El Buen Tono bajo la supervisión de Abella, quien dice que él la había despedido varios meses antes porque sospechaba que estaba involucrada con miembros del crimen organizado.
Específicamente, Abella acusa a Salazar Flores de haber estado trabajando para grupos del crimen organizado, pagándoles dinero a otros periodistas para que se callaran y no informaran sobre "lo que realmente acontecía en esta región".
Abella dijo además que los reporteros les muestran los borradores de sus artículos a los miembros de los grupos del crimen organizado locales para que los aprueben antes de enviar sus trabajos a los periódicos para los que trabajan. Abella aprovechó la entrevista para denunciar el estado del periodismo en México en general, llamándolo una "simulación" del periodismo.
Las oficinas del periódico de Abella, El Buen Tono, fueron blanco de un incendio provocado en 2011, llevado a cabo por un "grupo armado".
Análisis de InSight Crime
Las acusaciones que Abella ha lanzado contra la fallecida Salazar Flores son infundadas, y es posible que él tenga segundas intenciones al hablar con la prensa sobre el asunto. Sin embargo, los temas generales que plantea sobre el estado del periodismo en México y las desagradables realidades que implica ser reportero en territorio de los carteles pueden ser preocupaciones legítimas.
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En agosto de 2015, dos periodistas fueron despedidos de El Bueno Tono por sus supuestos vínculos con miembros de la organización criminal Los Zetas. Aparentemente, los dos quedaron atrapados en el fuego cruzado durante un ataque llevado a cabo contra miembros de Los Zetas, con quienes supuestamente los periodistas estaban bebiendo. En diciembre de 2015, dos importantes medios mexicanos fueron incluidos en la lista negra del Departamento del Tesoro de Estados Unidos por sus vínculos con el Cartel de Los Cuinis.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ por sus iniciales en inglés), una organización sin ánimo de lucro que vigila la violencia contra los periodistas en todo el mundo, dice que desde 2010 han sido asesinados 36 periodistas o trabajadores de los medios en México, pero no incluye a Flores Salazar en su conteo oficial. Desde 1992, año en que el CPJ comenzó a hacer un seguimiento de las estadísticas, el 75 por ciento de los periodistas y trabajadores de los medios asesinados en México estaban cubriendo temas del crimen organizado en el momento de su muerte.