El Director de Secretaría Nacional Antilavado de Uruguay ha pedido una mayor supervisión sobre los grupos religiosos y organizaciones no gubernamentales, por temor a que el crimen organizado tome ventaja de las laxas regulaciones actuales.
Durante una conferencia de lucha contra la corrupción, realizada el 25 de marzo, Carlos Díaz, director de la Secretaría de Antilavado de Uruguay, hizo hincapié en la necesidad de revisar los controles financieros de más de 15.000 organizaciones sociales del país -incluyendo clubes deportivos, partidos políticos e iglesias- diciendo que deberían estar sujetas a la misma supervisión que enfrentan otras instituciones, como inmobiliarias y rematadores, informó El País.
Díaz dijo que el surgimiento de "un nuevo mundo" de lavado de dinero ha llevado a la necesidad de adoptar nuevas medidas, citando las preocupaciones sobre la presencia de grupos como las mafias italianas la Cosa Nostra y la 'Ndrangheta en la zona, y diciendo que Uruguay necesita evitar que las instituciones religiosas -que están exentas de impuestos- se conviertan en financistas de "actos terroristas".
Según El Espectador, Díaz dijo que a pesar de que Uruguay no era un gran mercado de drogas, se enfrentaba a la amenaza del crimen organizado debido a las posibilidades de lavado de dinero que su sistema financiero presenta. Díaz mencionó dos ejemplos, el de un operativo del Cartel de Sinaloa y el de un miembro de la familia de un presidente colombiano, que intentaban lavar dinero a través del país.
Análisis de InSight Crime
Esta no es la primera vez que se hace un llamado como este, sobre una mayor supervisión sobre las organizaciones no gubernamentales (ONGs) de Uruguay, con un plan de lucha contra el lavado de dinero, aprobado en 2012, incluyendo una provisión para realizar controles más estrictos.
Según un informe del Departamento de Estado de Estados Unidos, la economía altamente dolarizada de Uruguay -con el dólar de Estados Unidos siendo a menudo utilizado como moneda para realizar negocios- hace que el país sea vulnerable al lavado de dinero. El informe cita al crimen organizado transnacional, especialmente el de Brasil, como motivo de preocupación.
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Uruguay tiene una política de cero impuestos para los extranjeros, lo que atrae a una gran cantidad de organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales a los bancos del país. En las últimas dos décadas, el sector bancario de Uruguay también se ha visto fortalecido por la variable economía de la vecina Argentina, con los argentinos sacando el dinero fuera de su país en tiempos de dificultades económicas, e invirtiendo en Uruguay, entre otros países.
La combinación de cero impuestos, falta de supervisión y un fuerte sector bancario, con perspectivas de inversionistas seguros, es extremadamente atractivo para los miembros del crimen organizado que buscan lavar los fondos ilícitos.
Argentina también es otro lugar prominente para el lavado de dinero, con las tensiones estallando entre los dos vecinos en septiembre de 2013 sobre los aparentes obstáculos que han enfrentado los investigadores uruguayos de un caso de lavado de dinero que se extendía entre las dos naciones.