El porcentaje de jóvenes hondureños que consumen crack ha aumentado de cinco a 60 por ciento en los últimos 10 años, según una organización, lo que refleja una tendencia regional de aumento del consumo de drogas baratas y adictivas.
Según Mario Fumero, el coordinador del programa de rehabilitación de drogas, Proyecto Victoria, la población que consume cocaína y crack también se ha vuelto más joven; ahora los niños consumen dichas drogas a la edad de 13 años, mientras que hace 10 años, los usuarios eran mayores de 18 años, informó La Prensa.
Fumero también alegó que el consumo de cocaína entre los consumidores de drogas se había casi que duplicado, sobre todo en el noroeste del país, hogar de la segunda ciudad más grande de Honduras, San Pedro Sula, la cual es también la ciudad más violenta del mundo. Según Fumero, esta región es donde se concentran la mayoría de los adictos a las drogas en Honduras.
La Directora del Proyecto Victoria, Rosa Aguilera, dijo que se están viendo aproximadamente 10 nuevos drogadictos - muchos adictos al crack - cada semana en San Pedro Sula, donde la organización ha abierto recientemente un nuevo centro de rehabilitación.
Análisis de InSight Crime
El crack es una forma altamente adictiva de la cocaína cruda que es fumable, produce un efecto intenso pero breve y puede causar graves problemas de salud. En 2012, el director del Instituto Hondureño para la Prevención del Alcoholismo y la Fármaco dependencia (Ihadfa) Rony Portillo, dijo que los usuarios del crack representaban el cuatro por ciento de la población hondureña, y que el cuatro por ciento de los estudiantes de secundaria consumen crack.
El uso de formas crudas de cocaína ha aumentado dramáticamente en algunas partes de Latinoamérica en los últimos años. El uso de la base de cocaína aumentó 200 por ciento en Argentina entre 2001 y 2005, y la cantidad de crack confiscado por la policía brasileña se ha más que duplicado entre 2006 y 2009.
La facilidad y el bajo costo de la producción hace que la base de cocaína sea particularmente comercializable en las zonas urbanas pobres, como lo señala InSight Crime. Se ha vuelto más disponible, en parte, porque las organizaciones criminales transnacionales se han tornado hacia los mercados nacionales con el fin de obtener ganancias, como se ve en México y Colombia.
Mientras tanto, Honduras tiene un serio problema con las pandillas callejeras, es hogar de grupos de crimen organizado transnacional, como los Zetas, y es un principal punto de intercambio de cocaína para los carteles mexicanos y colombianos; todos los factores que puedan facilitar un aumento en el consumo de cocaína y crack.