Alrededor de 2.000 presos condenados por microtráfico podrían ser liberados en Ecuador bajo un nuevo código penal, a medida que los países de las Américas se comienzan a alejar poco a poco de los castigos severos para los delitos menores de drogas.
En una entrevista con El Comercio, el principal defensor público de Ecuador, Ernesto Pazmiño, señaló que con el nuevo Código Integral Penal que entra en vigencia este fin de semana se reevaluarán los casos de miles de personas condenadas por actuar como "mulas" (mensajeros), y por la posesión y venta callejera de drogas.
La ley introduce una escala de penas basada en la cantidad de droga incautada y en la gravedad del crimen cometido, sustituyendo al código anterior que establecía penas de 12 a 16 años para los crímenes relacionados con drogas, independientemente de la cantidad involucrada.
Los condenados bajo la ley anterior que ya han cumplido el tiempo que recibirían bajo el nuevo código serán elegibles para quedar en libertad condicional. Pazmiño desestimó las preocupaciones de que con la nueva ley los traficantes de drogas de alto nivel podrían quedar libres.
Según Pazmiño, después de la liberación de 2.300 mulas de drogas en 2008, sólo el 2,9 por ciento reincidió.
Análisis de InSight Crime
Las reformas a las leyes de drogas en Ecuador podrían ayudar a poner fin a las desproporcionadas y draconianas sentencias impartidas a los pequeños infractores, y al mismo tiempo aliviar la problemática de sobrepoblación endémica en el sistema penitenciario del país, liberando recursos para poder enfrentarse a las redes criminales de alto nivel.
Ecuador no es el único país que busca implementar este tipo de reformas y alejarse del enfoque punitivo frente al consumo de drogas, y del enfoque de “una talla sirve a todos” con respecto a las condenas dadas a los vendedores y traficantes de drogas.
En algunos países de la región ya se han comenzado a tomar medidas para despenalizar el consumo de drogas y para tratar su abuso como un tema de salud y no como una problemática criminal, al tiempo que Uruguay y algunas partes de Estados Unidos se mueven incluso hacia la plena legalización de la marihuana.
VEA TAMBIÉN: Uruguay: marihuana, crimen organizado y la política de drogas
Incluso Estados Unidos, donde la legislación de línea dura frente a las drogas ha ayudado a que el país tenga la tasa de encarcelamiento más alta del mundo, está empezando a alejarse del enfoque de tolerancia cero. El actual gobierno ha impulsado el uso de los tribunales de drogas, para que los usuarios puedan ser tratados por fuera del sistema de justicia penal, y en abril, funcionarios del gobierno sugirieron que el presidente Barack Obama podría indultar a "cientos, quizá miles" de los presos condenados por delitos menores de drogas.
Sin embargo, a menudo sigue existiendo una brecha entre la retórica política, las reformas legales y la realidad sobre el terreno (pdf), y los castigos severos y la criminalización de los usuarios sigue siendo la norma en la mayoría de países de la región.