Tras las crecientes dificultades del acuerdo de paz de Colombia con la guerrilla de las FARC, el Gobierno de Ecuador ha anunciado que ya no será el garante de las negociaciones entre Colombia y la guerrilla del ELN, lo que significa un nuevo revés para el proceso de paz con el grupo guerrillero.
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, anunció durante una entrevista que ya no facilitará las negociaciones de paz entre el Gobierno del presidente colombiano Juan Manuel Santos y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el mayor grupo guerrillero de Colombia actualmente. La información luego fue oficializada en un comunicado de prensa del Gobierno, con fecha del 18 de abril.
La información oficial precisa que la decisión se debe a la situación de inseguridad en la frontera entre Ecuador y Colombia, donde recientemente se presentó el secuestro y asesinato de tres periodistas de Ecuador por parte de disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
"Debido a la difícil situación que se presenta en la frontera norte [...] las circunstancias imposibilitan continuar", siendo el garante y anfitrión de los diálogos de paz, señala el comunicado de prensa.
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La canciller colombiana, María Ángela Holguín, respondió a la decisión diciendo que el presidente Santos "comprende las razones por las cuales el presidente Moreno ha decidido apartarse de su condición de garante y anfitrión de estas negociaciones".
La canciller Holguín agregó que el gobierno colombiano "iniciará inmediatamente los procedimientos pertinentes para trasladar esas conversaciones a uno de los países que previamente se establecieron como sedes alternas", como Brasil, Chile, Cuba, Venezuela o Noruega.
Según El Colombiano, Chile y Cuba son las sedes más probables, pero aún no está claro dónde continuarán las conversaciones para lograr la paz con el ELN.
Análisis de InSight Crime
Los actos violentos en la frontera colombo-ecuatoriana, perpetrados por elementos de las ex-FARC, parecen estar teniendo repercusiones en el inestable proceso de paz con el ELN.
Tras el acuerdo de paz de 2016 con las FARC, muchos combatientes abandonaron el proceso de desmovilización y continuaron participando en actividades criminales. En los últimos meses, estos grupos mafiosos de las ex-FARC han sido culpados de una serie de violentos ataques en la frontera entre Ecuador y Colombia, incluyendo el asesinato de los periodistas y un ataque con cochebomba a una comisaría de policía.
Otros grupos criminales, como el ELN, también han sido culpados de actos violentos en la región fronteriza. Por ejemplo, un ataque del 18 de abril atribuido al ELN cerca de la frontera entre los dos países dejó unas 270.000 personas sin energía eléctrica.
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En este contexto, parece que se ha vuelto políticamente insostenible para Moreno continuar siendo garante de las conversaciones de paz con un grupo guerrillero que comete agresiones que afectan la seguridad de su país. La decisión, aunque comprensible, podría significar problemas para el frágil proceso de paz con el ELN.
Las conversaciones de paz entre el Gobierno colombiano y el ELN han recorrido un tortuoso camino desde que comenzaron a principios de 2017. Después de una tregua de tres meses entre el ELN y el Gobierno, que culminó en enero de 2018, la guerrilla inició una violenta ofensiva en Colombia, lo que llevó a Santos a suspender las conversaciones de paz.
Ahora, ante la ausencia de un garante de las negociaciones, estas no podrán seguir adelante. Y cuanto más se aplacen las conversaciones, habrá más probabilidades de que algunos miembros del ELN abandonen el proceso.