El ejército de Colombia ha informado de la captura, rendición o muerte de 4.637 criminales e insurgentes en los primeros seis meses de 2013, lo que al desglosar las cifras ofrece una imagen de la evolución del panorama criminal en el país.
Según cifras del Ministerio de Defensa, 2.480 del total eran "pandilleros", 630 hacían parte de las bandas criminales (o BACRIM), 1.221 pertenecían a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), 82 al grupo guerrillero conocido como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y 202 eran narcotraficantes.
Las fuerzas armadas arrestaron a 3.896 personas, mientras que 528 se entregaron voluntariamente y 213 –una abrumadora mayoría de guerrilleros– perdieron la vida en combate.
El ejército también informó de la incautación de más de 1.500 armas de fuego, más de 2.000 granadas y más de 800 vehículos –incluyendo motocicletas, lanchas y autos–. Además, el ejército reportó la destrucción de 35.409 hectáreas de cultivos de coca –4.459 de forma manual y 30.950 por aspersión aérea– y 727 laboratorios ilegales de cocaína, así como la incautación de 4,8 toneladas de cocaína y 21,4 toneladas de marihuana.
Análisis de InSight Crime
Las personas que el Ministerio de Defensa etiquetó como "miembros de organizaciones criminales" representan más de la mitad del total de los "sacado de combate", lo que señala la creciente prominencia de los grupos criminales en el conflicto colombiano. Por su parte, la policía de Colombia informó del desmantelamiento de más de 700 pandillas en el 2012, pero la revelación de que el ejército también ha dedicado considerables esfuerzos en luchar contra las "organizaciones criminales" es sorprendente, y plantea interrogantes sobre dónde trazar la línea entre el crimen y la guerra de Colombia.
No obstante, estas categorizaciones también pueden ser engañosas. La influencia de las organizaciones criminales más grandes, especialmente las BACRIM, es amplia, y gran parte de los etiquetados como delincuentes comunes bien puede estar operando con o bajo el nombre de los grupos más poderosos que alguna vez tuvieron motivaciones políticas y se mantienen como ejércitos a gran escala. En algunas áreas, como Medellín y Cali, las pandillas son las causantes de la mayor parte de la violencia, pero lo hacen en nombre de sus patrocinadores BACRIM que, como los guerrilleros, a menudo se visten con camuflado y operan como lo haría una insurgencia.