El ejército dominicano ha comenzado a patrullar las calles junto a la fuerza policial del país, en un esfuerzo por reducir los altos niveles de violencia; un movimiento que alimenta la preocupación por la combinación de las funciones militares y policiales en la región.
Tras las órdenes del Presidente Danilo Medina, más de 1.400 soldados armados fueron desplegados en los barrios más concurridos de Santo Domingo, así como en las zonas con los índices de criminalidad más altos, como informa el Miami Herald. Según la policía, el despliegue condujo a una reducción casi inmediata en el número de crímenes.
Algunos residentes estaban satisfechos con la decisión, y una persona citada por el Miami Herald dijo que los niveles de delincuencia habían alcanzado un nivel crítico y que "la policía por sí sola no es suficiente". No obstante, grupos civiles han expresado su preocupación de que una mayor presencia militar podría llevar a un aumento en los abusos contra los derechos humanos.
El gobierno justificó el patrullaje diciendo que la estrategia había funcionado en otros países y anunció planes para elevar el número de militares incorporados al patrullaje a 5.000.
Análisis de InSight Crime
La tasa de homicidios en República Dominicana se ha casi que duplicado en las últimas dos décadas, con una tasa del 25 por cada 100.000 habitantes en 2011. La delincuencia callejera también es un problema importante, con más de 14.000 hurtos y robos a mano armada reportados el año pasado.
No está claro en qué medida este aumento de la inseguridad esté relacionado con el narcotráfico transnacional. República Dominicana se ha convertido en un país de tránsito cada vez más importante para los cargamentos de cocaína, como se ha evidenciado en el alto índice de incautaciones de cocaína visto hasta ahora en 2013. El país también ha visto un aumento en el número de ciudadanos deportados desde Estados Unidos por cargos de narcotráfico, que puede haber alimentado el crecimiento de las estructuras criminales locales.
La militarización de la lucha contra el crimen, un fenómeno visto en varios países de Latinoamérica, ha sido criticada por facilitar los abusos contra los derechos humanos al poner el ejército en un papel que corresponde a la policía. Una de las razones por las cuales países como México y Guatemala han dependido de la militarización, es para compensar una policía corrupta e inepta. Esto probablemente provocó que República Dominicana recurriera a las mismas medidas, ya que la fuerza policial del país también es vista como mal entrenada y poco confiable. En 2012, 290 personas fueron asesinadas por la policía, mientras que el siete por ciento de los robos a mano armada y los atracos se atribuyeron a la policía o a gente en uniforme de policía.