El presidente de El Salvador ha anunciado el despliegue de brigadas militares para enfrentar a las pandillas del país, una medida que probablemente será una solución poco plausible a la actual crisis de seguridad y que incluso podría incrementar el derramamiento de sangre.
El 7 de mayo, el presidente Salvador Sánchez Cerén anunció que enviará tres batallones de las fuerzas especiales a las principales ciudades del país para ayudar a la policía a combatir a las pandillas “en los próximos días”, informó La Prensa. Según el ministro de Defensa David Munguía Payés, cada batallón contará con unos 200 efectivos, muchos de los cuales son parte de las unidades élite de las fuerzas armadas. Sánchez Cerén anunció la creación de los batallones especiales de lucha contra el crimen el 18 de abril, y aseveró que dichas fuerzas se desplegarán “para mejorar la calidad de vida de las personas”.
Actualmente El Salvador cuenta con 7.000 soldados para colaborar con la policía en las calles y patrullar las fronteras.
Análisis de InSight Crime
La actual crisis de seguridad en El Salvador da la impresión de estar dando paso a un conflicto de baja intensidad entre los grupos criminales y las fuerzas de seguridad, y esta última medida da más indicios de que el gobierno planea intensificar los ataques a las pandillas.
Una de las pandillas más poderosas del país, la MS13, presuntamente inició en abril un plan para asesinar policías; por su parte, un alto oficial afirmó a principios de año que la policía estaba “en guerra” con las maras. Entre tanto, en marzo El Salvador vivió el mes más violento en 10 años, registrando un promedio de 16 asesinatos por día.
Desafortunadamente, hay pocos indicios de que las fuerzas armadas puedan cumplir las funciones de vigilancia que el país necesita de manera urgente. En México, por ejemplo, el uso cada vez mayor del ejército y la armada para combatir al crimen organizado ha estado acompañado de mayores denuncias por violaciones de derechos humanos, y no ha reducido sustancialmente los niveles de violencia.
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Añadir más actores armados al conflicto probablemente agravará los niveles de violencia, especialmente dado que no está claro cuáles son los grupos que combaten entre sí. En abril, la policía dijo que las dos pandillas más poderosas del país, Barrio 18 y MS13 —rivales acérrimos que históricamente se han lanzado mutuas campañas de exterminio— llegaron a un acuerdo para atacar a las fuerzas de seguridad. Sin embargo, un alto oficial de la policía contactado por InSight Crime afirmó que no hay pruebas de que esto sea cierto.