Las autoridades de El Salvador han anunciado un traslado masivo de pandilleros de la MS13 y Barrio 18 privados de la libertad a una sola prisión, en un esfuerzo por revertir la consolidación de poder de las pandillas en el sistema penitenciario.
Cerca de 3.600 pandilleros presos serán trasladados a la prisión de Izalco, oeste de El Salvador, informó de El Mundo. Los reclusos hacen parte de la MS13 y su rival Barrio 18, las dos mayores estructuras pandilleras del país.
El director de cárceles del país, Rodil Hernández, declaró que el proceso se iniciará el 21 de febrero con el traslado de casi 1.300 presos, mientras que se ha programado la llegada de los otros 2.300 en los siguientes 45 días. La decisión busca reducir el hacinamiento crónico en las prisiones de El Salvador y romper el contacto entre los pandilleros detenidos y el exterior.
Entre tanto, el ministro de justicia y seguridad Mauricio Ramírez Landaverde ha anunciado que el gobierno iniciará un programa de rehabilitación y reintegración para pandilleros dentro y fuera de las cárceles.
Análisis de InSight Crime
Cómo afrontar las amenazas planteadas por los pandilleros presos es una pregunta que por largo ha inquietado a El Salvador. Un informe reciente de InSight Crime documenta cómo, por décadas, las prisiones han sido centros de operaciones de las pandillas callejeras más grandes y violentas del país.
Miembros de las pandillas MS13 y Barrio 18 comenzaron a llegar a las prisiones del país hacia finales de la guerra civil entre el gobierno y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Gracias a una política conocida como "Mano Dura", la población carcelaria en el país comenzó a aumentar, así como el número de pandilleros presos. El número de reclusos en el país pasó de 7.754 en 2000 a 35.879 en octubre de 2016. Para 2015, una tercera parte de la población carcelaria total eran pandilleros.
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Los choques entre reclusos de la MS13 y Barrio 18 se hicieron tan frecuentes y violentos que para finales del 2000, las autoridades decidieron enviar los reos a prisiones diferentes. La separación de las pandillas en sus propias instalaciones redujo en mucho la violencia, pero también les permitió aumentar el control de las prisiones. Estas se convirtieron efectivamente en cuarteles de las pandillas, donde podían reclutar a nuevos miembros y ampliar su poder.
Conscientes de estas amenazas, las autoridades comenzaron recientemente a apartarse de la política segregacionista. Los traslados programados para Izalco de integrantes de MS13 y Barrio 18 es un reflejo de este cambio de estrategia.
Estos cambios ya han tenido un impacto importante en la demografía de Izalco. Por años reservada a la reclusión de los pandilleros de Barrio 18, en 2015 se trasladó allí a varias docenas de MS13, entre ellos Antonio Carrillo Alfaro, alias "El Chory", quien era un mando medio de la MS13 y lideró una rebelión dentro de la pandilla antes de su asesinato el 6 de enero de 2016, por orden del comando central de la MS13.