Documentos incautados por la policía colombiana sugieren que la guerrilla del ELN está ascendiendo en la cadena de la minería ilegal, al tomar una parte de las ganancias, regular el sector e incluso acumulando sus propias reservas de oro.
La policía descubrió los documentos en los computadores incautados en operaciones en contra el frente Darío Ramírez del Ejército de Liberación Nacional (ELN), en el norteño departamento de Bolívar, informó El Tiempo.
Los documentos detallan la participación de la guerrilla en la minería en la región, incluyendo un desglose de su corte financiero y regulaciones para los mineros locales –listadas como las siete "reglas del juego"–.
Según los archivos, el 50 por ciento de las ganancias mineras locales deberían dirigirse al frente del ELN. Los documentos también mencionan "(…) una pequeña reserva en oro que se va a invertir", y dan instrucciones sobre "guardar reservas".
En otro computador, la policía encontró cuentas relacionadas con las actividades de extorsión del ELN, incluyendo los pagos que las cooperativas y otras asociaciones de la región deben hacer, y cuotas de extorsión sobre el uso de equipos tales como retroexcavadoras –las cuales tienen un precio de aproximadamente US$50 por hora de uso–.
Análisis de InSight Crime
Los grupos criminales y guerrilleros siempre han estado involucrados en la minería ilegal en Colombia, y ésta se ha convertido en la principal fuente de ingresos criminales en determinadas regiones.
Informes previos sugieren que el ELN se concentraba en exigir cuotas de extorsión por el derecho a explotar y a llevar maquinaria para la minería en las zonas bajo su control. Los documentos incautados sugieren que el ELN está ahora siguiendo a sus primos más grandes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en la expansión del control directo sobre las actividades mineras para extraer mayores ganancias.
Los archivos indican que el ELN está siguiendo una trayectoria similar en el sector de la minería ilegal a la que tomaron con el narcotráfico –donde, de nuevo, estuvieron algunos años detrás de los pasos de las FARC–. Inicialmente, el ELN se negó a entrar en el negocio de la droga, luego cobró "impuestos" a los traficantes que operaban en las zonas bajo su control y, finalmente, se involucró más directamente tras establecer alianzas con organizaciones narcotraficantes, como los Rastrojos.