Las percepciones de inseguridad en México han empeorado año tras año, y cada vez hay más personas, desde que comenzó la guerra contra las drogas, que creen que la ofensiva del gobierno está haciendo que el país sea menos seguro.
La más reciente encuesta de opinión de El Universal y la encuestadora Buendía & Laredo puede ser una noticia incómoda pero predecible para el presidente Enrique Peña Nieto y su administración. A pesar de los esfuerzos del gobierno por controlar el mensaje en torno a la inseguridad en México, la realidad en las calles está influyendo en la opinión pública.
Los resultados de la última encuesta están basados en entrevistas personales a mil encuestados. Aunque es una muestra pequeña en un país de más de 122 millones de habitantes, los datos permiten hacer valiosas reflexiones.
El 69 por ciento de quienes respondieron a la encuesta publicada por El Universal dicen que creen que la violencia relacionada con el crimen organizado ha aumentado, en comparación con el 58 por ciento que opinaban lo mismo en noviembre de 2015.
Hay evidencias que permiten apoyar esta conclusión. En octubre de este año, el número total de homicidios en México se situó en 17.063, lo que ya es más de los 17.034 registrados durante todo el año 2015 y los 15.653 en 2014, según las estadísticas oficiales del gobierno. Un centro de estudios estima que el crimen organizado ha sido el responsable de más de la mitad de los homicidios en 2016.
Las tasas mensuales de homicidios en México en la segunda mitad de este año han vuelto a niveles que no se presentaban desde la presidencia de Felipe Calderón, precursor de Peña Nieto y artífice de la ofensiva militar que se ha extendido por una década en el país. Septiembre de 2016 fue el mes más violento desde que Peña Nieto asumió el cargo, con 1.974 homicidios registrados.
Además, el 71 por ciento de los encuestados dijo que piensan que la ofensiva del gobierno contra el crimen organizado está haciendo al país menos seguro —el mayor porcentaje de personas que expresan esta opinión desde que comenzó la guerra contra las drogas en 2006—. Durante la administración de Calderón, el mayor porcentaje de mexicanos que respondieron de esa manera fue el 57 por ciento en 2011. Las dudas sobre la eficacia de la estrategia actual del gobierno no son nuevas.
Mientras que la mayoría de los encuestados están en contra de la legalización de las armas para los civiles en México (aunque es muy fácil comprar armas ilegales en el mercado negro), un gran porcentaje de los encuestados (el 48 por ciento) dijo que se sentiría mucho más seguro o significativamente más seguro si tuviera un arma en casa. El treinta por ciento de los encuestados está a favor de tomar la ley a manos propias si el gobierno no logra castigar a los criminales.
En relación con lo anterior, la mayoría de los mexicanos encuestados siente que el gobierno federal es la rama más corrupta del gobierno, después de las administraciones estatales y municipales. Sin embargo, el caso del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, encabezó las listas de los ejemplos de corrupción que la gente menciona cuando se le pregunta por ello.
Análisis de InSight Crime
Los datos de las encuestas más recientes sobre el tema de la seguridad en México coinciden con la continuidad de la macabra violencia del narcotráfico y la corrupción rampante.
Nueve cabezas decapitadas y 32 cuerpos fueron encontrados la semana pasada en varias tumbas clandestinas en el corazón de la heroína de México, el estado de Guerrero. En los últimos años, en esta zona han abundado los homicidios, los secuestros y las desapariciones, lo que ha llevado a muchas personas a iniciar por cuenta propia la búsqueda de sus seres queridos desaparecidos.
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El secuestro masivo de 43 jóvenes estudiantes en 2014 ha sido uno de los más grandes escándalos de la actual administración. La “verdad histórica” del gobierno sobre los acontecimientos de esa noche ha sido refutada en el país y en el extranjero, lo cual ha deteriorado la confianza de los ciudadanos mexicanos en las autoridades.
Y como parte de las más recientes revelaciones sobre corrupción, un exagente de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA por sus iniciales en inglés) le dijo al diario digital mexicano SinEmbargo que el estado de Tamaulipas está controlado por el crimen, tanto así que el estado de Texas, que se encuentra en la frontera, se está volviendo dependiente del dinero del narcotráfico. Exgobernadores de cinco estados de México han sido acusados de corrupción en el curso de 2016.
Pero a pesar de la creciente evidencia de que la ofensiva contra el crimen organizado no ha logrado reducir el tráfico de drogas y otros crímenes, y por el contrario ha aumentado las violaciones a los derechos humanos, el partido político de Peña Nieto está tratando de ampliar el papel del ejército en la guerra contra las drogas en México, siguiendo una tendencia común en toda la región.