A la vez que México es sacudido por protestas en contra del aumento en el precio de los combustibles, las autoridades han llamado la atención sobre la colusión y la corrupción en el robo de combustible, que le cuesta a la petrolera estatal mexicana miles de millones de dólares cada año.
El conocimiento técnico requerido para llevar a cabo robos de combustible instalando válvulas clandestinas en los oleoductos sugiere la colusión de miembros de Petróleos Mexicanos (Pemex), según el general Benjamín Grajeda Regalado, director de la Gendarmería de la Policía Federal de México.
“Los que hacen las tomas clandestinas seguramente deberán tener los conocimientos para hacer el barrenado de la tubería y la colocación de la llave de paso”, le dijo al diario El Universal.
Las declaraciones del general coinciden con las del experto en seguridad Martín Íñiguez, quien le dijo a El Universal que el comercio de petróleo robado involucra la colusión de una red criminal muy bien organizada:los trabajadores de Pemex y oficiales locales corruptos.
“Hay presidentes municipales que con su propia policía protegen a los integrantes del crimen organizado para que realicen estas ordeñas. Están asociados con gente de Pemex, con elementos de la policía municipal, estatal y federal, y no dudaría que hasta los mismos gobernadores”, dijo Íñiguez.
Entre 2006 y 2015, 123 trabajadores de Pemex y 12 de sus exempleados fueron arrestados por cargos de robo de combustible, según El Universal. En los últimos años, el gobierno mexicano ha abierto miles de investigaciones de robo de petróleo, aunque relativamente pocas resultaron en condenas.
Pemex estima que los ladrones roban alrededor de US$1.400 millones en gasolina al año. Las cifras más recientes indican que el número de tuberías clandestinas descubiertas continuó creciendo en 2016. Después de pasar de 1.635 descubiertas en el año 2010 a 5.525 en 2015, Pemex registró 2.221 en los primeros cinco meses de 2016.
En un esfuerzo por combatir este comercio ilegal, Pemex adquirió recientemente un equipo israelí de monitoreo militar de alta tecnología, reportó Milenio.
Análisis de InSight Crime
Durante la semana pasada, México entró en una crisis social luego del anuncio del presidente Enrique Peña Nieto de un aumento del 20 por ciento en el precio de los combustibles, lo cual ha generado protestas en todo el país.
El anuncio generó descontento por una situación que de por sí era ya criticada, relacionada con los robos de combustible. En diciembre, los mexicanos padecieron una escasez generalizada de combustible, la cual se debió en parte, según las autoridades, a un repentino incremento en el robo de combustible, informó el New York Times.
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Aunque Peña Nieto ha dicho que el aumento pretende alinear el precio del combustible con el mercado internacional, y no tanto así compensar las pérdidas generadas por los robos, los continuos fracasos por controlar las crecientes tasas de robo y reventa de petróleo aumentan la percepción de que al gobierno le está resultando difícil ejercer control sobre un recurso natural de vital importancia.