El primer informe oficial que se presenta en años sobre victimización por delitos en Argentina representa un primer paso hacia una mayor transparencia en asuntos de seguridad, pero aún es muy pronto para afirmar qué mueve las tendencias que el estudio presenta.
La ministra de Seguridad Patricia Bullrich anunció el 4 de julio los resultados preliminares de la primera encuesta oficial de victimización por delincuencia que se ha dado a conocer en Argentina en los últimos siete años.
La encuesta, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), muestra algunas mejoras en índices de victimización por delitos en los últimos años.
Se estima que 27,5 por ciento de hogares en Argentina fueron víctimas de algún hecho criminal durante 2016, y apenas 32 por ciento de esos casos fueron denunciados ante las autoridades. Pero los índices generales de criminalidad bajaron en 6 por ciento en comparación con 2015, afirmó Bullrich.
Los homicidios, por ejemplo, cayeron en 9 por ciento en 2016 en comparación con 2015. Bullrich declaró que la tasa de homicidios en Argentina fue de 6 por cada 100.000 habitantes durante 2016, informó Clarín. Esto pondría a Argentina en tercer lugar entre los países con menos homicidios en Latinoamérica en el año que pasó.
Bullrich describió la encuesta como "un punto de partida para disminuir los delitos", y añadió que "las estadísticas son fundamentales" para cumplir esa meta.
Análisis de InSight Crime
La encuesta de victimización es la más reciente de una serie de medidas adelantadas por la administración del presidente Mauricio Macri para mostrar mayor transparencia pública en relación con la situación de seguridad en el país. (Otro paso reciente fue la divulgación, el 29 de junio, de datos sobre consumo de estupefacientes para todo el país, por primera vez desde 2010).
Esta renovada atención del gobierno por la compilación y el análisis cuantitativo de datos sobre criminalidad es, sin embargo, muy reciente. La anterior presidencia de Argentina no hizo prácticamente ningún énfasis en la obtención —y mucho menos en la divulgación— de estadísticas oficiales precisas, lo que eventualmente dejó al INDEC en una situación lamentable, con la credibilidad por el suelo.
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Este legado institucional no desaparecerá de un día para otro. Las fuertes conclusiones relativas a las tendencias de seguridad exigirán la recopilación de datos adicionales y el análisis a lo largo de un periodo mayor que apenas unos cuantos años. Y, sin duda, el nuevo estudio ofrece pocas indicaciones de que lo que está incidiendo en el descenso observado en los índices de victimización.
La estrategia de seguridad adoptada recientemente por Argentina, que combina una estrategia militarizada agresiva en las fronteras por un lado, con vigilancia comunitaria y programas sociales para zonas urbanas con altos índices de delincuencia por el otro, pueden llevarse algo del crédito. Pero los cambios en la seguridad también pueden ser resultado de una variedad de factores socioeconómicos cambiantes y de movimientos en la dinámica criminal.
Se requerirá mayor recopilación y análisis de datos para aclarar qué factores favorecen el crimen, y de qué manera. Pero como ya lo han mostrado investigaciones anteriores realizadas por InSight Crime, el registro preciso y constante y el análisis informativo son cruciales para lograr entender el panorama local de seguridad y desarrollar políticas efectivas para darle solución.