Un prolongado tiroteo entre más de cien civiles armados y una docena de policías en Guerrero, México, dejó como resultado seis muertos, un ejemplo más de cómo la complicada dinámica criminal del estado ha contribuido a que éste se haya convertido en el epicentro de la violencia del país.
Según un informe de Milenio, el 23 de agosto se presentó un enfrentamiento durante cuatro horas entre 12 agentes de la policía y unos 150 hombres armados que, según las autoridades, pertenecían a un grupo criminal. Tres hombres armados y tres policías murieron, y otros dos oficiales resultaron heridos.
El vocero del Grupo Coordinación Guerrero, Roberto Álvarez Heredia, dijo que los enfrentamientos comenzaron cuando los oficiales que patrullaban cerca del municipio General Heliodoro Castillo fueron emboscados por un grupo criminal. Tres de los atacantes fueron muertos, pero más de 100 hombres armados llegaron para continuar el ataque. Tres policías murieron y dos más resultaron heridos en el transcurso de las siguientes cuatro horas, momento en el que llegaron refuerzos militares y policiales a la escena. Algunos helicópteros también llegaron, pero al parecer no pudieron aterrizar debido a la neblina y a los tiroteos.
“Si no hubiera sido por ellos [por los militares], la totalidad de los agentes hubieran sido eliminados por los agresores”, dijo el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores.
Los familiares de los presuntos atacantes que murieron dicen que éstos eran policías comunitarios y miembros de una milicia local llamada Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), según periodistas que visitaron la zona poco después del ataque. Las autoridades respondieron diciendo que no había evidencia de que las fuerzas de seguridad hubieran confundido la identidad de los agresores.
Análisis de InSight Crime
El enfrentamiento armado y las dudas en torno a la identidad de los presuntos atacantes son representativos del tipo de violencia que ha hecho de Guerrero el estado más violento de México durante los últimos tres años.
Situado en el suroeste de México, en la costa Pacífica, Guerrero es el principal productor de amapola en el país y por lo tanto un importante abastecedor de la planta para la epidemia de heroína en Estados Unidos. En años anteriores, quizá sólo uno o dos grupos criminales controlaban la mayor parte de la producción de heroína en Guerrero. Pero la fragmentación de las grandes organizaciones narcotraficantes de México ha dado lugar a numerosos grupos más pequeños, como Los Rojos y Guerreros Unidos, que con frecuencia se enfrentan en sangrientas guerras territoriales o en tiroteos con la policía. La situación se empeora por la presencia de policías comunitarias o grupos de autodefensa, como UPOEG, que operan en las áreas remotas y anárquicas de Guerrero.
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En el año 2015, Guerrero registró una tasa de homicidios de 57 por cada 100.000 habitantes, más de cuatro veces el promedio nacional. La violencia se ha vuelto tan persistente y rampante en Acapulco, la ciudad más grande de Guerrero y la más violenta de México, que está teniendo un impacto negativo en la famosa actividad turística de la ciudad.