El principal grupo guerrillero de Paraguay ha desplazado a cientos de familias menonitas de una zona no lejana a rutas estratégicas de narcotráfico, lo que indica que el grupo puede estar intentando aumentar su rol en el próspero tráfico de marihuana del país.
Casi 130 familias de colonos menonitas del departamento rural de San Pedro en el centro del país huyeron al departamento de Boquerón, en el oeste, escapando de las amenazas del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), según información de Última Hora.
Durante años los colonos menonitas de Paraguay han padecido amenazas del EPP. En abril de 2014, guerrilleros del EPP secuestraron al adolescente Arlan Fick antes de liberarlo luego de varios meses, cuando su familia pagó un rescate de US$500.000. Más recientemente, se atribuyó al EPP una ola de secuestros durante el segundo semestre de 2017 en San Pedro, incluyendo los de otros dos adolescentes menonitas.
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Sin embargo, la comunidad menonita no es el único grupo acosado por la violencia y los secuestros a manos de la guerrilla. El EPP secuestró al agente de policía paraguayo Edelio Morínigo en julio de 2014 y no lo ha liberado aún. Y en agosto de 2016, guerrilleros del EPP mataron a ocho soldados paraguayos luego de emboscar su escolta al norte de San Pedro.
Análisis de InSight Crime
El reciente uso de violencia y secuestros por el EPP para ejercer control territorial sigue un patrón de tácticas similares a las seguidas por otros grupos guerrilleros de la región en el pasado, y puede ser un intento del grupo por acrecentar su presencia en una región fronteriza clave para el tráfico de marihuana en Paraguay, principal productor de la droga en Suramérica.
El grupo guerrillero Sendero Luminoso de Perú ha usado ataques selectivos contra las fuerzas de seguridad y secuestros en masa en el pasado para exhibir su fortaleza y mantener el control territorial en zonas importantes para el narcotráfico. Y las ahora desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) —que fueran posiblemente el actor más importante en el tráfico global de cocaína— ganaron notoriedad por usar los secuestros como exhibición de fuerza.
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El uso de estas tácticas por el EPP puede ser un intento por incrementar su presencia en un área estratégica para el lucrativo tráfico de marihuana en Paraguay: la ciudad fronteriza de Pedro Juan Caballero. Esta región fuertemente disputada es actualmente el campo de batalla de los dos mayores grupos criminales de Brasil, el Comando Rojo (Comando Vermelho) y el Primero Comando de la Capital (Primeiro Comando da Capital – PCC), que se disputan el control de las rutas de narcotráfico que allí se encuentran.
Las autoridades paraguayas han alertado por largo tiempo sobre los nexos del EPP con el narcotráfico, desde servir de ‘brazo armado’ de grupos narcotraficantes, llegando incluso a producir su propia marihuana. El departamento de San Pedro, donde el EPP ha tenido actividad recientemente, no está lejos de la ciudad de Pedro Juan Caballero, un punto clave de tránsito de narcóticos situado a lo largo de la frontera brasileña en la vecina Amambay. Es posible que el EPP esté intentando forjarse una mayor participación en el tráfico de marihuana o de formar una alianza con otros grupos criminales que operan allí.