El cese al fuego anunciado por la guerrilla de Colombia de las FARC ha sido incumplido tras tan sólo un día, ilustrando lo difícil que es para el liderazgo guerrillero controlar elementos que son disparejos entre si, y aumentando las preocupaciones en torno a la criminalización de las facciones guerrilleras en caso de que que las FARC se desmovilice.
El bombardeo del 16 de diciembre, en el que cinco personas resultaron heridas en el municipio de Anorí del departamento norteño (provincia) de Antioquia, ha sido atribuido al Frente 36 de las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia (FARC), reportó EFE. El ataque ocurre tan sólo un día después de que se diera inicio al cese de fuego unilateral de 30 días, anunciado hace una semana por el liderazgo de las FARC, actualmente en negociaciones de paz con el gobierno colombiano en la Habana.
La aparente incapacidad del Frente 36 para mantener el cese al fuego, se presenta casi un año después de que el mismo frente aceptara responsabilidad por romper con la misma tregua navideña anunciada al comienzo del proceso de paz.
Análisis de InSight Crime
El Frente 36 opera en el norte de Antioquia y es parte del Bloque Iván Ríos de las FARC, activo sobre todo en los departamentos de Antioquia, Córdoba y Chocó. De los frentes que componen el Bloque Iván Ríos es uno de los más beligerantes y ricos, y se cree que es el bloque con mayor habilidad para el manejo de explosivos en toda la organización guerrillera. Dirigida por Ovidio Antonio Mesa Ospina, alias “Anderson” es conocido por su agresividad contra la infraestructura eléctrica, las compañías de transporte y las fuerzas de seguridad, además se calcula que ganan hasta US$700.000 mensuales, producto de su participación en la minería de oro, la extorsión y el narcotráfico.
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Tras incumplir con el cese al fuego el año anterior, el Frente 36 aseguró que la orden del liderazgo no alcanzó a llegar a su unidad. Aunque es una posibilidad, el hecho de que lo hayan hecho de nuevo plantea un panorama preocupante –que Anderson esté enviando un mensaje. Pese a que Anderson gana grandes sumas de dinero, sólo tiene un status de rango medio en el bloque y ya ha entrado en conflicto con la jerarquía de las FARC en el pasado, por lo que existe la posibilidad de que se haya desilusionado con el proceso de paz o que esté descontento con el liderazgo.
En una investigación de InSight Crime a comienzos de este año, el Bloque Iván Ríos fue identificado como uno de los más susceptibles a la criminalización, en el caso de que se logré un acuerdo de paz. Entre los variados frentes del bloque, la unidad de Anderson no sólo tiene uno de los más diversos portafolios criminales, sino que también se rumora que está vinculado en el tráfico de drogas internacional a través del Cartel de Sinaloa de México, lo que significa que si Anderson y sus seguidores disiden y se rehúsan a desmovilizarse, el Frente 36 podría emerger como una organización criminal.