La policía de Brasil se encuentra interrogando al tesorero del Partido de los Trabajadores, partido actualmente en el poder, sobre el caso de corrupción de Petrobras, dado que el escándalo continúa apuntando cada vez más a la élite política del país.
João Vaccari Neto fue llamado a responder por denuncias según las cuales las ganancias obtenidas por sobreprecios que algunas compañías pagaron por contratos con Petrobras —la petrolera estatal de Brasil— fueron desviados al Partido de los Trabajadores (PT) y sus aliados, informó BBC.
Según uno de los fiscales del caso, los investigadores están requiriendo información sobre todas las donaciones —“legales o ilegales”— que personas con contratos con Petrobras le hayan hecho al PT.
Como respuesta, el PT ha emitido un comunicado en el que afirma que todas las donaciones recibidas fueron legales y están registradas por las autoridades electorales.
Vaccari no ha sido arrestado; sin embargo, la policía dice que actualmente hay 62 órdenes de arresto, búsquedas y detenciones relacionadas con el caso, según BBC.
La noticia llega poco después de que una gerente ejecutiva de Petrobras y otros cinco ejecutivos renunciaran dado que la empresa enfrenta no solo el creciente escándalo de corrupción, sino también una serie de problemas económicos. Este viernes, la compañía anunció que el nuevo gerente ejecutivo de la compañía será el actual presidente del Banco de Brasil, Aldemir Bendine, informó O Globo.
Análisis de InSight Crime
El escándalo de Petrobras estalló en marzo del año pasado, cuando surgieron acusaciones de que altos ejecutivos de la compañía estaban cobrando sobornos por pactar ofertas de contratos. El exdirector de Abastecimiento de Petrobras es ahora testigo del Estado y aseguró que algunos políticos, la mayoría de ellos del PT y sus aliados, se habían beneficiado de este esquema.
El caso ya ha salpicado a la élite empresarial brasileña, dado que ejecutivos de Petrobras y de algunas constructoras y compañías de ingeniería estatales se encuentran entre las 91 personas que han sido acusadas desde el 22 de diciembre, según el Washington Post.
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El caso también ha estado amenazando con alcanzar a la élite política del país, y el escándalo podría afectar la credibilidad de la lucha contra la corrupción, emprendida por la presidenta Dilma Rousseff —expresidenta de Petrobras— durante las elecciones presidenciales del año pasado.
Aunque las acusaciones no fueron suficientes como para impedir la reelección de Rousseff, el interrogatorio al tesorero del PT muestra que, aunque todavía no se han hecho denuncias contra la mandataria, su partido no está libre de sospechas, y el caso podría dejar al descubierto la soterrada corrupción de la alta política brasileña.