Un fraude aduanero que presuntamente permitió a una red criminal robar millones al gobierno argentino guarda un parecido escalofriante con la manera como algunas empresas privadas y funcionarios corruptos en Venezuela se han beneficiado también de los esfuerzos del país andino por manipular las cotizaciones de las divisas.
Las autoridades argentinas realizaron 23 allanamientos simultáneos y detuvieron a diez personas acusadas de estafa al estado en más de US$300 millones entre 2012 y 2015, según un comunicado de prensa emitido el 11 de julio por la ministra de Seguridad de Argentina.
El esquema se originó en la diferencia entre la tasa oficial del dólar frente al peso argentino y su precio informal en el mercado negro. Las autoridades afirman que se usaron 55 empresas de papel para falsificar Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI). Esos documentos permitían a las firmas importadoras comprar dólares al gobierno a una tasa subsidiada para la compra de productos extranjeros. La anterior administración de Argentina elevó artificialmente el valor del peso, de modo que un dólar oficial varía mucho menos que este en el mercado negro. Pero en el esquema, se generaban DJAIs para bienes que nunca se importaban con el único fin de comprar dólares oficiales a una tasa menor, antes de venderlos a un precio mucho más alto en el mercado negro.
La investigación, abierta el año pasado luego de una denuncia oficial del director de aduanas de Argentina, se centra en una red de empresas textiles de propiedad miembros de la comunidad coreana en Buenos Aires, según Infobae.
Infobae, que calificó de "mafia" la bien estructurada red integrada por contadores profesionales, señala que aún no hay un solo funcionario acusado de corrupción, aun cuando el boletín de prensa oficial admite que se pagaron coimas.
Análisis de InSight Crime
El esquema que se está investigando en Argentina ilustra cómo el crimen organizado puede sacar provecho de las políticas monetarias de un gobierno, así como de una buena dosis de corrupción.
La suma puede parecer grande, pero otras pérdidas regionales por fraudes de este tipo se han medido en porcentajes del producto interno bruto y llegan a los más altos niveles. En Guatemala, por ejemplo, la corrupción llegó hasta el presidente, quien lideraba y se beneficiaba de un enorme fraude aduanero, según los investigadores del gobierno a cargo del caso.
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El caso de Argentina, parece tener más semejanzas con Venezuela. De hecho, el control de las tasas de cambio y la venta de dólares ejercidas por el gobierno de ese país se aprovecharon para desviar hasta US$ 70 millones en una década, según informó el New York Times. Y, siguiendo un modelo regional, la corrupción se mantuvo como factor base para permitir esos fraudes.