Un ministro del gobierno de Honduras ha declarado que el líder del Cartel de Sinaloa de México, Joaquín "El Chapo" Guzmán, podría estar viviendo en el país, donde la geografía, la corrupción y la criminalidad proporcionan las condiciones ideales para ser la guarida de un narcotraficante.
En declaraciones al diario español El Mundo, el viceministro de Defensa Carlos Roberto Funes dijo que el Cartel de Sinaloa controla el narcotráfico en el país, y agregó: "Sí, el Chapo Guzmán podría estar en Honduras". Funes prosiguió, etiquetando a los grupos criminales locales como "hijos de los carteles mexicanos".
Según Funes, en el país hay hasta 200 pistas de aterrizaje clandestinas, las cuales son reparadas por la población local cuando las fuerzas de seguridad las descubren y destruyen. Funes dijo que las autoridades descubrieron recientemente una pista de aterrizaje de 2,5 kilómetros -más del doble de la longitud normal- lo que sugiere que los narcotraficantes pueden estar tratando de entrar las drogas al país en aviones mucho más grandes que las avionetas tradicionales que emplean usualmente.
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Los comentarios de Funes añaden peso a un informe de La Prensa, el cual sugirió que el pueblo de Espíritu Santo, cerca de la frontera con Guatemala, era refugio de Guzmán.
Análisis de InSight Crime
Durante año han circulado rumores de que Guzmán podría estar usando a Honduras para esconderse o descansar, sin embargo, es notable que Funes esté dispuesto a considerar públicamente esta posibilidad.
Guzmán podría estar motivado a utilizar Honduras para escapar de la presión de las fuerzas de seguridad en su México natal, o porque Honduras es un punto de tránsito clave para las drogas -el Informe sobre la Estrategia Internacional de Control de Narcóticos del Departamento de Estado de Estados Unidos de 2013 señaló que hasta el 87 por ciento de los vuelos de drogas que parten de Suramérica aterrizan en este país centroamericano-.
Honduras también podría ser una posibilidad atractiva para Guzmán debido a sus debilidades institucionales. La corrupción entre las fuerzas de seguridad es generalizada, y también es frecuente entre las élites políticas y económicas del país, haciendo que sea altamente improbable que se produzca una seria persecución contra Guzmán.
Además de esto, Espíritu Santo y la región circundante es reconocida como una narcoparaíso, con las autoridades estando firmemente en los bolsillos de los capos, quienes pueden moverse libremente y actuar como les plazca.
No obstante, aunque Honduras sería un escondite ideal para Guzmán, el escurridizo capo ha estado consistentemente un paso adelante de las fuerzas de seguridad, y la verdad es que los informes de su paradero rara vez se elevan por encima del nivel de la especulación.